Un consejo que siempre doy a los gerentes de las Empresas de Servicios Públicos (ESP) de acueductos es que trabajen arduamente por disminuir el Índice de Agua No Contabilizada (Ianc).
Lograr llevar este indicador a mínimas proporciones como al 30 o inclusive al 25 por ciento es conducir la empresa hacia unos mejores horizontes de sostenibilidad económica, financiera y técnica.
El Ianc se refiere específicamente a las pérdidas de agua tratada; es comparar el agua que se produce en las plantas de tratamiento de agua potable frente al agua facturada a los usuarios. Es un indicador que aumenta cuando hay demasiadas fugas en la red por rotura de tubería o escapes en accesorios, medidores frenados, fraudes o acometidas domiciliarias sin medición. Una empresa de acueducto que se dedique a reponer las tuberías obsoletas, balancear las presiones hidrostáticas para minimizar las roturas, inspeccionar frecuentemente el estado de los medidores domiciliarios para reponer los que se requieran, entre otras, verá disminuir las pérdidas de agua y en poco tiempo tendrá una mejora sensible en sus finanzas porque se produce un efecto benéfico en cadena; se utilizan menos químicos al necesitar menos agua para tratar, se factura lo real a los usuarios y al reparar los tubos o accesorios dañados mejora la continuidad del servicio.
Sin embargo, es preocupante que muchas empresas descuidan esta labor y no logran esa sostenibilidad para garantizar una buena prestación del servicio. Hay empresas que pierden más del 50 por ciento del agua tratada por lo cual requieren con urgencia entrar en cuidados intensivos. No es sano perpetuar un indicador en estas condiciones porque afecta todo el andamiaje del servicio; no pueden hacer reinversión de recursos y se mantienen en términos de sobrevivencia.
Este debería ser el reto y punto de medición de la gestión de los gerentes de las empresas de acueducto; naturalmente la gestión de recursos para inversión no es fácil, por un lado es buscar apoyo en el Estado pero también hay entidades financieras que si se logra demostrar la viabilidad de un proyecto de fortalecimiento empresarial, mediante escenarios factibles de óptima inversión y recuperación de la misma, es posible que puedan facilitarle los recursos económicos para que encuentren ese camino ideal de desempeño.
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