La Nación
Eucaristía, alimento en medio de pandemia 1 26 abril, 2024
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Eucaristía, alimento en medio de pandemia

Hoy celebramos la fiesta del Corpus Christi, cuyo origen histórico es el fomento de devociones populares en torno a la Eucaristía frente al descafeinado sentimiento eucarístico protestante.

 

Padre Elcías Trujillo Núñez

 

 «En aquel tiempo dijo Jesús a los judíos: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo os voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida». (Juan 6,51-58) 

Hablamos de la presencia real de Cristo en nuestras vidas como alimento en nuestro peregrinar diario. Descubrimos que la Eucaristía es un Banquete Fraternal. La misa es un banquete, una comida donde nos encontramos con otros invitados. Y todos juntos formamos una comunidad tipo familiar. La Iglesia ha seguido la tradición de la celebración de la primera Misa del Señor, que fue un verdadero banquete. El altar es fundamentalmente una mesa, donde el sacerdote y los demás fieles son invitados a comer una carne que es verdadero alimento, y a beber una sangre que es auténtica bebida. ¿Y qué se hace en ese banquete? Es un encuentro de amigos, donde antes de comer se charla un rato, se escuchan palabras de aliento. Esto sucede en la liturgia de la palabra. También en un banquete, se ofrece algo.

Los invitados llevan regalos de gratitud a los anfitriones y en la Misa es el ofertorio donde entregamos nuestra ofrenda personal. Finalmente, en el banquete se come, se participa, se comulga. Cuando queremos cultivar nuestra amistad, celebrar alguna fiesta, manifestar nuestro cariño, entonces invitamos a nuestra mesa y comemos juntos. También en la Eucaristía, el Padre de familia, nuestro Padre celestial, reúne a todos sus hijos. Y dándonos su Pan del cielo, se da a conocer como Padre. Y, a la vez, hace que nos reconozcamos a nosotros como hijos suyos y hermanos de los otros.

Todavía hay muchos no aceptan esta invitación divina y que muchos que se llaman cristianos se nieguen a venir a la casa de su Padre. También hay dolor en aquellos que son discriminados, que no son invitados. Ahora, la Eucaristía es un banquete fraternal. En ella nos encontramos no sólo con el Padre de la familia, sino también con nuestros hermanos. La unión con Cristo en la Eucaristía debe abrir nuestro corazón hacia los demás invitados. Pues todos estamos invitados al banquete.

Así crece y se profundiza la vinculación y la unidad entre todos nosotros, que formamos la Familia de Dios. Como el pan sobre el altar está compuesto de muchos granos de trigo, y el vino de muchas uvas, así también nosotros, en la comunión, nos convertimos en un solo cuerpo, en el cuerpo de Cristo. El estar comiendo el mismo Pan de Cristo es lo que nos va convirtiendo, poco a poco, en su Cuerpo Místico, Cuerpo de los hijos de Dios.  Por eso Cristo, en la Eucaristía, se hace Cristo de unidad, de fraternidad, de paz.  Él viene a unir a los hombres con el Padre y a los hombres entre sí. Y aquel que entra en comunión con Él, participa de ese misterio de filiación y de fraternidad que Cristo vino a traernos.

Los apóstoles, después de la última Cena, sin duda se sintieron tan felices, tan llenos de alegría y amor fraternal como nunca antes lo experimentaron. Y entonces se dieron cuenta de que sólo Dios podía haber hecho esto, de que sólo Dios podía animarlos y unirlos de esta manera. Me pregunto y nosotros, ¿cuándo nos sentiremos, al salir de la Eucaristía, tan felices, tan renovados, tan fraternales, tan unidos como ellos?  Si la Eucaristía no transforma realmente nuestras vidas y las hace signos visibles del compartir, de solidaridad, de la lucha por la justicia, la muerte de Cristo y su causa no habrá contribuido a la transformación de este mundo ni habrá llegado el Reino de Dios.

No olvidemos que la Eucaristía es un maravilloso tesoro que Dios nos ha regalado, pero no para guardarlo, sino para hacerlo vida en el compartir solidario con los más necesitados.  Por eso, este día del Corpus es igualmente día del amor, día del compartir, día de la solidaridad. Sin esta dimensión, la Eucaristía es un rito vacío.

Nota: Le invitamos a seguir las celebraciones eucarísticas cada domingo, a través de Facebook live Citynet Timaná, por la emisora La Fiera FM radio y la Televisión local Ategaitana.