Lucía Sánchez
En una aguda problemática social se está convirtiendo la proliferación de habitantes de calle en Neiva. El fenómeno que inició con personas que buscaban entre bolsas de residuos ubicadas en las calles de la ciudad y usaban los andenes como dormitorios, pasó a ser una amenaza para transeúntes de la capital, ya son recurrentes los casos de ataques perpetrados por estos sujetos.
La presencia de personas en condición de calle ha trascendido de las orillas y puentes de afluentes, al microcentro de Neiva y principales avenidas de comunas, donde con frecuencia se les suele observar husmeando entre bolsas, cargando con residuos inorgánicos como cartón y plástico. Hacen parte del paisaje urbano amenazante al que se enfrenta la comunidad, y que ya se cobra una vida.
La alarma de la ciudadanía y entes gubernamentales tiene que ver con los problemas mentales que presenta la población en condición de vulnerabilidad, así lo explica Tulia Cantillo, coordinadora del programa Habitante de Calle de la Alcaldía de Neiva: “hemos encontrado mucho deterioro mental, situación crónica resultado del consumo de sustancias alucinógenas, en donde hay unas consecuencias, ya no es el habitante de calle pasivo del que la comunidad se compadecía y le daba su platico de comida, ahora encontramos agresividad”.
Casos de agresiones
El 24 de marzo del presente año las redes sociales fueron el canal por el cual una ciudadana dio a conocer mediante un video el caso de Gabriela Gallego, una joven universitaria que fue agredida brutalmente por un habitante de calle en el barrio Santa Inés de Neiva.
El video de una cámara de seguridad en esta red social bastó para que se masificara el hecho y las autoridades fueran tras la búsqueda del agresor, que según versiones que circularon tras este suceso, había agredido a otras mujeres del sector.
Pero el hecho más preocupante de agresión por parte de un habitante de calle a un ciudadano se registró el 15 de junio en inmediaciones de la calle 10 con carrera 6, en el centro de la ciudad. Ese día el señor Eduardo Avilés salió de su casa ubicada en el barrio Chapinero con destino al centro a realizar una diligencia personal.
Según se conoció, el hombre transitaba tranquilamente por el sector cuando fue atacado por un sujeto al parecer con problemas psiquiátricos, que de la nada empezó a propinarle múltiples golpes y lo hizo caer, haciendo que se golpeara la cabeza contra el asfalto. Algunas personas que se encontraban en el lugar reaccionaron violentamente contra el agresor, mientras el adulto mayor fue auxiliado y trasladado en ambulancia a un centro asistencial.
Luego de 22 días de luchar por su vida internado en un centro médico de la ciudad, el adulto mayor de 70 años de edad murió producto de las fuertes heridas que sufrió en la cabeza.
Y qué pasó con los agresores
Como Jefferson fue identificado el sujeto que agredió a la joven universitaria el pasado 24 de marzo, y que minutos más tarde fue detenido en la calle por el cuadrante uno de Policía del CAI de Cándido. El hombre fue conducido al Hospital Universitario de Neiva y posteriormente remitido a la Unidad Mental, donde recibió tratamiento por un diagnóstico de posible psicosis y consumo de sustancias psicoactivas.
De acuerdo a Pilar Gaitán, trabajadora social del Hospital Universitario Hernando Moncaleano Perdomo de Neiva, quien atendió el caso en ese momento, un miembro de la familia del habitante de calle que reside en Florencia se acercó a la Unidad para gestionar la remisión del sujeto a esa ciudad.
“Se tuvo comunicación con la Secretaria de Salud del Caquetá para afiliar al paciente a una EPS y ubicarlo en una institución de acuerdo a su problemática social de agresividad. Fue remitido para el Divino Niño en Florencia. En esta unidad, al igual que la de Neiva, manifestaron no contar con los criterios para la fase en la que se encontraba el habitante de calle. Lo último que se conoció es que ellos estaban haciendo el puente para ver si se podía trasladar para Pasto”, explica la profesional.
Por otro lado, el coronel Livio Castillo, comandante de la Policía Metropolitana de Neiva se refirió al caso del habitante de la calle que agredió al señor Eduardo Avilés el 15 de junio en el centro de la ciudad, propinándole un golpe en la cabeza que le causó la muerte 22 días después del hecho. “La Fiscalía es quien determinará qué delito se le debe imputar al habitante de la calle, el suceso fue por intolerancia ya que el señor empujó a esta otra persona en el momento que le pidió dinero, y ante la reacción de éste en ese instante cayó. Se conoció que la intención no era cometer este hecho, el sujeto no se encuentra privado de la libertad”.
La más indignada con esta situación es la familia del fallecido. “Del indigente que lo agredió sabemos que ese día también lo llevaron al hospital porque la gente lo golpeó y como a los dos días lo soltaron, queremos que hagan algo porque es un peligro que ande suelto”, mencionó un familiar de la víctima.
Ante este panorama hay una preocupación creciente de la ciudadanía y entes gubernamentales por el aumento de esta población en condición de vulnerabilidad con problemas mentales que se convierte en un riesgo para la ciudadanía, por lo que desde diferentes instituciones se trabaja para tomar acciones preventivas.
Qué hacer
De acuerdo a Tulia Cantillo, coordinadora del programa Habitante de Calle de la Alcaldía de Neiva, esta población vulnerable crece en la ciudad de manera preocupante. “En este momento hemos identificado que hay más habitantes de calle en el microcentro de la ciudad y en algunas comunas, lo más alarmante es que también aumenta la condición de desórdenes mentales”.
Frente a este panorama, Cantillo dice que es necesario tomar acciones preventivas por lo cual hoy en el marco de una reunión que tendrá el Comité de Drogas de Neiva, se pondrá sobre la mesa el tema.
Según la funcionaria las comunas más críticas son la 9 y 10, donde han aumentado los habitantes de calle, la posible razón es que en estos sectores la comunidad maneja muy bien el tema del reciclaje, asimismo precisó que el barrio San Martín es uno de los más impactados por este flagelo.
“La semana pasada el programa Habitante de Calle de la Alcaldía de Neiva hizo una caminata con psicólogos de la Secretaria de Educación Municipal, la Secretaria de Salud Municipal, la Personería y el ICBF, por la Avenida Circunvalar, la Avenida La Toma y todo el microcentro hasta llegar al Parque Santander, donde detectamos que después de las festividades tenemos habitantes de calle foráneos, que vienen de Bogotá, de Florencia, de Pitalito, solo en ese recorrido se atendieron 48 personas, incluso algunos de ellos han solicitado el servicio del retorno a su ciudad” explicó Cantillo.
Otro de los hechos que también preocupan según la coordinadora, es que este año ha crecido la población de jóvenes en la calle. Si anteriormente el rango estaba entre 32, 33 y 55 años, ahora éste ha bajado a 18. En las brigadas también encontraron mujeres habitantes de la calle que están ejerciendo el trabajo sexual, una situación que no era tan frecuente.
Al corte del 30 de abril de este año, ya son 285 habitantes de calle en la base de datos del programa.
Finalmente, Cantillo sostiene que se ha venido fortaleciendo el programa al tiempo que aboga por que los gobiernos venideros no lo dejen morir. De hecho, la meta es que al terminar este último año de la actual administración, quede lista una unidad productiva de panadería dentro de la iniciativa para los habitantes de calle. “Queremos dejarles una unidad de trabajo para ellos mismos, que se sientan productivos, incluidos dentro del mismo programa”, puntualizó la funcionaria.
‘Sin doliente’
Para Pilar Gaitán, trabajadora social del Hospital Universitario Hernando Moncaleano Perdomo de Neiva, es preocupante que luego de la atención social que presta el centro médico, la remisión a la Secretaria de Inclusión y Equidad para su respectiva ubicación no sea fructífera. “Por ejemplo tenemos un paciente que lleva seis meses viviendo en el sexto piso, entonces cuando son situaciones complicadas es muy triste que las instituciones le diga a uno a mí no me toca, ese caso no es mío. Ese paciente prácticamente está en un estado de vulnerabilidad por el consumo, y el único apoyo que tenía es el de su esposa, una adulta mayor que vive en condiciones complicadas”, contó.