En efecto se trataba de una olla de barro, que según las primeras averiguaciones se trataría de un utensilio enterrado por culturas indígenas ancestrales que habitaron la región del municipio de Saladoblanco.
El hallazgo fue hecho por José en el centro poblado de Morelia a unas dos horas aproximadamente del casco urbano de Saladoblanco.
El objeto pertenecería a pueblos indígenas que habitaron la zona hace miles de años.
Cuando José confirmó que se trataba de una olla que llevaba enterrada tantos años como pudo imaginar decidió llamar al primo de su esposa quien a su vez se comunicó con la alcaldía desde donde salió la orden de acordonar el sitio e impedir que el objeto fuera tocado o movido.
Según Juan Beltrán, funcionario de la alcaldía, ahora el paso siguiente será llevar expertos hasta Morelia donde fue hallada la olla para que adelanten estudios especializados que permitan establecer el tiempo que llevaba la pieza allí aunque se estima en primera instancia estaría enterrada al menos unos 2000 años antes de cristo.
Y es que no se trata de un primer hallazgo. En la zona de Morelia existen varios cementerios indígenas y cuevas milenarias según Beltrán.
En custodia
Por ahora el objeto que al parecer es el más grande en tamaño de ese tipo que se ha hallado en el país, permanecerá donde fue encontrado mientras la administración de la alcaldesa Zuleima Peña decide con expertos si levanta en el lugar una especie de museo.
La iniciativa hace parte de un proyecto contemplado en el plan de gobierno de la administración de Peña para impulsar a Saladoblanco como destino ecoturístico.
Al sitio del hallazgo ya comenzaron a llegar curiosos y visitantes de distintas zonas del departamento con el fin de conocer el objeto indígena milenario.
La comunidad ha empezado a llegar al lugar del hallazgo.