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“Hicimos lo mejor que pudimos con lo que teníamos” 1 6 mayo, 2024
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“Hicimos lo mejor que pudimos con lo que teníamos”

AMAURY MACHADO RUEDA/LN

Judicial2@olemidiario.com

Durante la noche del viernes 31 de marzo y la madrugada del sábado 1 de abril del 2017 ocurrió en la ciudad de Mocoa, Putumayo, un evento denominado avenida torrencial. Se trató de un tipo de movimiento en masa que se desplazan generalmente por los cauces de las quebradas, llegando a transportar volúmenes importantes de sedimentos y escombros, con velocidades peligrosas para los habitantes e infraestructura ubicados en las zonas de acumulación, de cuencas de montaña.

Este fenómeno natural produjo el desbordamiento de los ríos Mocoa, Sangocayo y Mulatos los cuales expandieron su paso por las riberas, tragándose 335 vidas en 17 barrios de la ciudad de Mocoa. La descomunal cantidad de lodo, piedras, agua y material vegetal, dejó además 398 heridos, 76 desaparecidos y más de 22.000 damnificados.

“Hicimos lo mejor que pudimos con lo que teníamos” 7 6 mayo, 2024
Tras la tragedia, en un sobrevuelo por la zona urbana de Mocoa, se observó en las cabeceras de los ríos Mulato y Sangoyaco y las quebradas Taruca y Taruquita la reactivación de numerosos deslizamientos y remociones en masa. Foto de Corpoamazonía

El domingo 2 de abril inició la operación de búsqueda de los cuerpos por parte del equipo de la solidaridad, conformado por miembros del Ejército, Policía, Cruz Roja, bomberos, Defensa Civil y voluntarios.

Ese mismo día arribó a la capital del Putumayo en un avión de la Policía Nacional la médica especialista forense Lina María Ramos Aranda. Ella como directora de la Regional Sur del Instituto Nacional de Medicina Legal que presta los servicios forenses de los departamentos del Tolima, Caquetá, Huila y Putumayo, tuvo que asistir para dirigir y coordinar esta labor tras la catástrofe. Un trabajo realmente titánico por las muchas dificultades que encontró.

El equipo forense abordó en la ciudad de Mocoa 333 cuerpos para las necropsias médico legales, en condiciones difíciles, sin contar con una morgue adecuada, sin flujo eléctrico, sin acueducto y sin conectividad constante a internet. Dos necropsias más se hicieron en la ciudad de Neiva, de lesionados remitidos para atención médica que posteriormente fallecieron.

Lina María, de 44 años de edad, asegura que desde que se vinculó al Instituto en el 2007, “nunca había estado inmersa en una tragedia de esa índole”. Lo más curioso es que el 23 y el 24 de marzo había estado en Mocoa, sin saber lo que allí iba a acontecer. Al cumplirse 1 año, la directora de la Regional Sur habló con diario LA NACIÓN sobre cómo estuvo organizada la labor y lo que le dejó esta experiencia.

¿Cómo manejó la Regional Sur la identificación de los cuerpos en la tragedia de Mocoa, y en qué condiciones la realizaron?

“Se recibieron en total 335 cuerpos, de los cuales 118 eran de menores de edad, y aún quedan sin identificar 8. Las identificaciones fue el principal objetivo de las necropsias médico legales. Entre el sábado y el domingo se recibieron casi el 90% de los cuerpos, los cuales tuvieron que ser dispuestos en una morgue alterna de un cementerio privado, pero en campo abierto. El personal forense trabajó en condiciones muy difíciles, sin energía y sin agua para asear bien los cuerpos impregnados de lodo.

A los cadáveres se les tomó necrodactilia y de esta manera se identificaron y entregaron, pero con los menores la labor era más difícil, por lo que se entregaron por reconocimiento de los familiares a quienes se les tomó muestra de sangre y se les explicó que posteriormente se les confirmaría la identificación, actualmente seguimos haciendo esas confirmaciones.

El trabajo más difícil para nosotros como forenses fue cumplir con los procedimientos que exige la ley, trabajando en condiciones muy difíciles y a la vez sentir la presión de las familias que habían perdido sus seres queridos, exigiendo la entrega rápida de los cuerpos”.

“Hicimos lo mejor que pudimos con lo que teníamos” 8 6 mayo, 2024
El dolor más grande fue el de los familiares de las 335 personas que fallecieron ese 1 de abril de 2017. Foto tomada de El Tiempo

¿Con cuánto personal se contó y cómo estuvo organizado para realizar este trabajo en toda la zona de la emergencia?

“El apoyo para el trabajo forense se manejó desde Bogotá, y prácticamente apoyaron todas las regionales, viajó Personal desde diferentes ciudades. Con muy buena disposición, en tres días habían alrededor de 60 funcionarios entre médicos, asistentes, técnicos, personal para toma de ADN, entrevista de familiares, brigadistas. Fue dispendioso manejar la logística del personal, pues Mocoa estaba colapsada y no habían hoteles, ni trasporte, ni agua ni energía y la alimentación para tantas personas no era fácil, contamos con el apoyo de la Policía, el Ejército y la Oficina de gestión del riesgo. Para todos los que trabajamos en esa tragedia nos quedarán muchas enseñanzas y una gran experiencia.

Los equipos forenses se dividieron básicamente en tres grupos: los que abordaban las necropsias; los que hacían las entrevistas a los familiares, las tomas de sangre y entrega de cuerpos; y los que apoyaban las labores logísticas como entrega de insumos de trabajo, alimentación, hidratación, etc.

¿Estaba la Regional Sur del instituto Nacional de Medicina Legal preparada para enfrentar la emergencia en Mocoa?

“Se puede decir que la Regional Sur, aunque cuenta con planes de emergencia, el desastre desbordó la capacidad operativa y por lo tanto se  requirió el apoyo del nivel nacional, pero se puede decir que no estábamos preparados para trabajar en esas condiciones tan difíciles. Dimos todo lo que teníamos para hacer el trabajo de la mejor manera.

“Antes de la tragedia el Instituto no contaba con morgue, es decir, trabajamos en la morgue del hospital sin comodato de uso, por lo tanto no nos es posible realizarle mejoras ni adecuaciones. Si el cuerpo está descompuesto nos toca trabajar en la morgue del cementerio municipal, la cual está en muy malas condiciones, y hacerlo a cielo abierto. Cuando ocurrió el desastre, en el Puesto de Mando Unificado se evidenció la necesidad de mejorar las condiciones de trabajo para el personal forense, sin embargo, un año luego de la tragedia, las condiciones de trabajo siguen igual. No contamos con sede propia ni con morgue.

“Hicimos lo mejor que pudimos con lo que teníamos” 9 6 mayo, 2024
Cientos de personas enterraron a sus muertos en esa catástrofe. Foto tomada de El Tiempo.

Compártanos una de esas enseñanzas que le dejó a manera personal la atención de esta tragedia, y que le conmovió de manera especial

“Recuerdo mucho las familias preguntando por sus seres queridos, la mezcla de dolor y alivio cuando encontrábamos el cuerpo de su familiar dentro de la lista de fallecidos.

No nos habíamos nunca enfrentado a una situación de esas, es increíble como en menos de un día, debido al estrés del trabajo, el cuerpo se adapta a la situación y las necesidades básicas incluso pasan a un segundo plano. Se nos pasaba el tiempo muy rápido, los primeros tres días fueron los más críticos, no dormíamos, trabajábamos prácticamente las 24 horas. El día lunes las personas ingresaron al cementerio a exigir las entregas de los cuerpos y por un momento pensamos que en medio de su angustia nos atacarían, tenían sus rostros cubiertos y gritaban, fue el momento más tenso.

Sabemos que aceptar la muerte no es fácil, que las familias requieren los cuerpos para realizar el duelo y el ritual del entierro, pero también debemos empezar a entender que los procedimientos legales son muy importantes y una vez entregado e inhumado el cuerpo, si se cometió o se omitió algún paso, corregirlo puede ser traumático. En estas situaciones la urgencia no es entregar el cuerpo, pero eso será algo muy difícil de aceptar para los dolientes”.

Actualmente, ¿Se siente satisfecha por el trabajo realizado en Mocoa?

Si, enfrentamos un gran reto y lo hicimos lo mejor que pudimos con lo que teníamos, por supuesto que tenemos debilidades y tenemos que mejorar muchas cosas, tenemos la gran responsabilidad de prepararnos y corregir los errores. Es imprescindible el trabajo interinstitucional.

“Hicimos lo mejor que pudimos con lo que teníamos” 10 6 mayo, 2024
El Personal forense desde el sitio donde se atendían a los familiares, ávidos de reclamar los cuerpos de sus seres queridos fallecidos en la tragedia.