Giovanni Ramírez, ‘Giovanotti’, es el nuevo ganador de “Sábados Felices”. Anoche, en la emisión del concurso televisivo, el huilense se alzó con la merecida victoria luego de un año de reñida competencia. “¡Que viva el Huila!”, fueron las emotivas palabras con las que el reconocido humorista opita recibió su premiación.
“Estoy muy contento porque aunque no era la primera vez que estaba en una final en Sábados Felices, esta vez sí me la gané. Estoy muy feliz, este fue un proceso muy bonito de conocer mucha gente y de pulir la rutina. Es como cuando uno tiene un hijo y lo va criando, corrigiéndole errores. Así fue la rutina que hice en la final”, expresó el humorista en diálogo con LA NACIÓN.
“Durante todo el año de participación me caracterizó ser huilense. Mucha gente me decía que controlara el acento, que lo dejara más neutro, pero eso fue lo que marcó. Había una diferencia conmigo por ser de Neiva. Esta es una herramienta que ahora uso dentro de mi show que realizo por todo el país. Ha gustado mucho y me parece que es chévere”, aseguró Giovanni Ramírez.
La final
“La rutina que hicimos en la final es una recopilación de muchas cosas. Hablamos de la relación de pareja en un día normal, de lo que uno hace con la esposa y comparativamente las actividades que se realizan con esa persona ‘anexa’, la segunda de la relación. Fue muy chévere porque muchas personas se sintieron identificadas y esto es lo importante, que las personas se rían porque les ha pasado, les va a pasar o saben que a alguien les pasó”, dijo ‘Giovanotti’.
“Finalicé con una reflexión sobre la importancia de dedicarle tiempo a los hijos a través de la comedia. Utilicé el humor como herramienta para decirles a los padres de familia que estén pilas, que le están dejando la crianza de los hijos al televisor, al internet, a la tecnología y se están olvidando de dedicarles tiempo”, expresó el humorista.
Proyectos
Actualmente está realizando un show por todo el país que se llama “Lo que le diga es mentira”. Es una recopilación de siete años de carrera humorística. Todo lo que se cuenta en tarima es absolutamente vivencial.
“Es un show familiar, muy bonito. Lo pueden ver niños desde los cuatro años hasta los 99 años, todo el mundo se reirá igual porque no es vulgar. No por ser familiar deja de ser entretenido. Gracias a Dios hemos visitado varias ciudades como Pereira, Cartago, Armenia, Barrancabermeja y Florencia, entre otras, y he tenido mucha aceptación”, señaló el talentoso comediante.