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Infanticidio escabroso

Los niños han sido víctimas de homicidas, de pederastas, de violadores, en distintos momentos y circunstancias de la Historia y la Prehistoria, en todas las culturas, por parte de adultos, con la intención de aniquilarlos, torturarlos, abandonarlos o extinguirlos.

Tal cosa está sucediendo en Colombia ¿por qué?
En la tragedia griega, en el judaísmo, dioses, humanos y semi/humanos, todos han cometido infanticidios burlescos, dramáticos y horripilantes, sin justificación, incluso “matar sus propios hijos” es considerado el acto más despreciable y permisible.

El célebre episodio bíblico de Abraham quien acepta sacrificar a su propio hijo Isaac por orden de Dios, es buen referente. Afortunadamente el Señor cambia de opinión y detiene el infanticidio a último  momento, para gloria de Israel.

El Rey Herodes, en épocas de Cristo, ordenó asesinar a todos los niños de su imperio por temor al Mesías anunciado que vendría a destronarle.
En las fábulas e historietas (escritas y narradas curiosamente para niños) brujas y seres maléficos sacrifican niños en rituales y aquelarres pérfidos, contribuyendo en la construcción de imaginarios sicóticos y esquizoides.

Las otras especies (distintas a las humanas) se auto-aniquilan al sentirse  amenazadas, se niegan a tener descendencia antes que ser puestas en cautiverio. Los indígenas se han suicidado igualmente o se autoflagelan. Los niños han servido de escudo frente a las balas y los bolillos en momentos de conflicto.

Los embarazos no deseados e incluso el aborto podrían ser formas infanticidas y homicidas. Niños ultimados por sus madres y/o padres buscando escarmentar al otro ¿qué nos pasa?

Hipótesis deprimente: Estas conductas se desarrollan quizá con la intención de auto-controlar el crecimiento poblacional desmedido. Tal vez con el propósito de destruir el futuro y la cultura en la que sobreviven adultos “desquiciados, inadaptados e inconformes”.