La Nación
COLUMNISTAS

La adopción por parejas del mismo sexo

Todavía se escuchan los ecos de la decisión que tomó la Corte Constitucional en torno a la adopción de niños por parejas del mismo sexo. Me sorprende que en pleno siglo XXI todavía estemos hablando de estos temas. La homosexualidad es tan normal como que alguien sea alto, bajo, de ojos cafés o verdes. Eso no es una enfermedad como lo dijo la facultad de medicina de la Universidad de la Sabana y lo cual fue desmentido por la Asociación Colombiana de Psiquiatría y hasta monseñor Florián Casas, obispo de Neiva en entrevista a este periódico. Tampoco es un pecado, anormalidad o rareza, por eso sorprende que una facultad dedicada a la ciencia emita esa clase de conceptos.
Ahora bien, el fallo de la Corte es contradictorio, porque señala que las parejas homosexuales no pueden adoptar, lo cual vulnera la propia Carta Política en donde se ponen por encima los intereses de los niños sobre cualquier otra consideración. En Colombia donde hay miles de niños abandonados, faltos de amor, de un hogar en donde desarrollarse, la adopción es una obra de Dios y la máxima prueba de amor frente al prójimo. Además, la decisión de la Corte mantiene y sostiene que la adopción de un niño por parte de parejas homosexuales solamente se puede dar en aquellos casos en los cuales, uno de los dos sea padre biológico. Esa es una decisión clasista y elitista, porque solamente las parejas que tengan dinero para acudir a clínicas de fertilidad podrán “pagar” por tener un hijo y así su pareja pueda adoptarlos. Asimismo, es posible que los homosexuales sean padres por adopción, cuando acudan al Bienestar Familiar y terminen exitosamente el trámite, es decir, la prevención de la adopción no sirve para nada. Hoy en día hay varias formas de adopción y hasta de procreación para las parejas del mismo sexo.

Finalmente, leía aterrado algunos comentarios en el sentido que los hijos de las parejas del mismo sexo podrían tener actos desviados, ante lo cual me ponía a pensar, Hitler, Stalin, Carlos Castaño, Salvatore Mancuso, Osama Bin Laden, Pinochet, “Jojoy”, Manuel Marulanda, entre otros, nacieron de padres heterosexuales y hasta donde sabemos eran heterosexuales. No conozco al primer homosexual terrorista, de hecho, desde la criminología, que estudie en Londres, los hombres heterosexuales son los mayores delincuentes en el mundo, no es sino mirar las estadísticas carcelarias.