A medida que avanza el tiempo y que nos aproximamos a la celebración de los primeros cien años del descubrimiento científico de la Cultura A medida que avanza el tiempo y que nos aproximamos a la celebración de los primeros cien años del descubrimiento científico de la Cultura Agustiniana, por el alemán Konrad Teodoro Preuss, resulta reconfortante el interés que este acontecimiento ha despertado en los gobiernos departamental, nacional y municipal y en los diferentes sectores empresariales, turísticos y de opinión, como ha sido el caso de este periódico. Veo con satisfacción que no fueron inútiles la presentación que a través de mis columnas en La Nación hice del tema en el año pasado, ni las conferencias dictadas en San Agustín y en la Tertulia de El Botalón en Neiva, ni la publicación en el pasado mes de julio del libro Centenario del Descubrimiento Científico de la Cultura Agustiniana que está en circulación. La respuesta positiva es un indicativo de que el país han empezado tomar conciencia de la enorme deuda de Colombia para con San Agustín y los municipios en donde tiene asiento esta Cultura. Es sabido que el gobierno nacional ha hecho grandes inversiones por fortalecer el turismo en otros sitios del territorio nacional, dejando de lado a la zona arqueológica, a sabiendas de la talla mundial de los parques y la estatuaria ubicados en alto Magdalena. Lo mismo se puede decir del Departamento, cuya deuda viene desde los tiempos en que Héctor Polanía fue gobernador hace más de cuarenta años, cuya visión le permitió concebir y programar el Circuito Turístico, obra que sigue pendiente de su pavimentación. Más que la celebración protocolaria del descubrimiento científico, lo que se requiere es hacer la reingeniería cultural y turística de la zona, como lo sustento en mi libro, que la lleve en poco tiempo a ser un verdadero ícono del turismo mundial, como lo es ahora Machu-Picchu. De las inversiones que viene hablando el gobierno nacional, sin duda, es fundamental la construcción de un nuevo museo arqueológico que responda a la naturaleza mítico-religiosa de esta cultura, al uso de las modernas tecnologías museológicas que lo hagan atractivo a los turísticas ansiosos de conocimiento y al mismo tiempo que le permitan interactuar virtualmente, mediante convenios, con los museos del mundo en donde se exhiben estatuas agustinianas, siendo el más significativo de estos el Etnológico de Berlín. Esta idea la expongo en la segunda edición de mi libro próxima a salir, pero deben ser las autoridades municipales y departamentales las que la deben exigir este avance tecnológico al ministerio de Cultura. Ojalá así sea.