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COLUMNISTAS

La deuda con San Agustín – Gabriel Calderón Molina

A medida que avanza el tiempo y que nos aproximamos a la celebración de los primeros cien años del descubrimiento científico de la Cultura A  medida que avanza el tiempo y que  nos  aproximamos a la celebración de los primeros cien años del descubrimiento científico de la Cultura Agustiniana,  por el alemán Konrad Teodoro Preuss,  resulta reconfortante  el interés que este acontecimiento ha  despertado  en los   gobiernos departamental,   nacional y municipal y en  los  diferentes sectores  empresariales, turísticos y de opinión, como ha sido el  caso de este periódico. Veo  con satisfacción que no  fueron inútiles la presentación que a través de mis columnas en La Nación hice del  tema en el año pasado, ni las  conferencias dictadas en San Agustín y en la Tertulia de El Botalón en Neiva,  ni la publicación en el pasado mes de julio del libro Centenario del Descubrimiento Científico de la Cultura Agustiniana que  está en circulación. La respuesta positiva es un indicativo de que el país han empezado tomar conciencia de la enorme deuda de Colombia para  con San Agustín y los  municipios en donde tiene asiento  esta Cultura. Es sabido que el gobierno nacional ha  hecho grandes  inversiones por fortalecer el turismo en otros  sitios del  territorio nacional, dejando  de lado  a la zona arqueológica,  a sabiendas de la talla mundial de los parques y la estatuaria ubicados en alto Magdalena.  Lo mismo se puede  decir del Departamento, cuya  deuda  viene desde los  tiempos en que Héctor Polanía fue gobernador hace más de cuarenta años, cuya  visión le permitió concebir y programar el Circuito Turístico, obra  que sigue pendiente de su  pavimentación. Más que la celebración protocolaria del descubrimiento científico, lo que se requiere es hacer la reingeniería cultural y turística de la zona, como lo sustento  en mi libro,  que la lleve en poco  tiempo a ser un verdadero ícono del turismo mundial, como  lo es  ahora Machu-Picchu. De las inversiones que  viene  hablando el gobierno nacional, sin duda,  es fundamental la construcción de un nuevo museo arqueológico que responda a la naturaleza mítico-religiosa de esta cultura,  al uso de las modernas tecnologías museológicas que lo  hagan atractivo a los turísticas ansiosos de conocimiento y al mismo tiempo que  le permitan interactuar virtualmente,  mediante  convenios,  con los museos del mundo en donde se exhiben estatuas agustinianas, siendo el más significativo  de estos el Etnológico de Berlín. Esta idea la expongo en la segunda edición de mi libro próxima a salir, pero deben  ser las autoridades municipales y  departamentales las que la deben exigir este avance  tecnológico al ministerio de Cultura. Ojalá  así sea.