La Nación
La era Biden: un año después 1 27 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

La era Biden: un año después

Mario Andrés Huertas Ramos

Muchos analistas, comentaristas y millones de ciudadanos alrededor del mundo celebraron que Joe Biden ganara la presidencia. Pero, lo emotivo de esa felicidad contrasta con el poco liderazgo ejercido que refleja la política exterior diseñada en Washington. Presentaré brevemente un recuento de algunos hechos.

En la región Indo-Pacifico, el mayor desafío indiscutiblemente es China y en términos geopolíticos Taiwan resulta ser la zona de tensión más sensible. Gracias a los los recientes esfuerzos instrumentales como AUKUS (Australia-United Kingdom-United States) y el interés de mantener un foro como el QUAD (Quadrilateral Security Dialogue) resulta vital de cara a una eventual invasión rusa en Ucrania mantener en alerta estos dispositivos multilaterales con el fin de disuadir a los chinos frente a una aventura militar contra Taipéi.

Siguiendo en Eurasia, la relación con Rusia ha llegado a un punto crítico, pues, tanto la amenaza de invasión a Ucrania como el reciente apoyo militar al presidente kazajo Kassym-Jomart Tokayev hacen pensar que Putin ve a Biden como un presidente débil preso de un contexto favorable para la restauración de territorios que, bajo la égida de la Unión Soviética, eran parte de una estructura imperial.

Estas maniobras del Kremlin tienen mucho que ver con la celebración del trigésimo aniversario de la disolución y caída de la Unión Soviética, a finales de 1991, y cuyo fin es alentar el nacionalismo en una opinión pública fuertemente nostálgica por su pasado imperial.

No se puede perder de vista que sin Ucrania y sin una influencia total sobre Asia Central los rusos difícilmente pueden ser un auténtico imperio euroasiático, de ahí que se resienta geopolíticamente gran parte de Europa y China.

Además de esta crisis, tenemos el desastre en Afganistán que puso de presente la poca planeación que hubo para dicha evacuación. Esta apresurada salida no dejó bien parado a Biden por la manera en que abandonó al pueblo afgano, en especial a las mujeres, a la suerte de los talibanes.

A esto toca sumarle que Irán acaba de anunciar la disposición para empezar las conversaciones directas en lo referente al JCPOA (Joint Comprehensive Plan of Action). Claramente, el mensaje es que Teherán busca, en medio de la actual tensión mundial, sacar provecho para negociar su política nuclear con un mayor radio de acción.

Con América Latina la situación tampoco ha sido fácil. Solo para recordar, citemos la crisis migratoria estimulada tanto con la frase “no vengan a EE.UU” repetidas en no pocas ocasiones por Biden y Harris como las imágenes de los patrulleros fronterizos latigueando a migrantes provenientes del Caribe. Lo que ha sido leído como un acto abiertamente racista.

Estos hechos nos permiten concluir que la euforia que produjo en mucha gente la llegada de un nuevo presidente a la Casa Blanca era prematura e infundada y que los recientes sucesos demuestran que el poco liderazgo de Biden afecta directamente la credibilidad de los EE.UU. y se contradice con su lema “America is back” (Estados  Unidos vuelve).