Duros cuestionamientos a las Farc y a su comportamiento en las mesas de diálogo en la Habana, Cuba, hizo monseñor Libardo Ramírez, presidente del Tribunal Nacional Eclesiástico. Dijo que las Farc se contradicen en el discurso y que para una verdadera paz en el país es importante que la guerrilla pida perdón por sus actos violentos. Sobre el posconflicto sostuvo que ve muy lejano ese proceso y que no se puede usar el término de forma apresurada.
¿Qué tan lejos estamos de la paz?
Personalmente creo que existen dificultades porque el camino de la paz está cifrado en lo que se está haciendo en la Habana, y eso yo lo veo muy lejano. Los señores guerrilleros están muy contentos, dos años disfrutando de buenos hoteles, en lugar de estar aguantando picadura de moscos y dificultades y riesgo de balas en la selva, están tranquilos en las playas y después van a una mesa de conversaciones y presentan una serie de propuestas de paz y otras veces echan todo para atrás. Persisten los secuestros, las matanzas, y por otro lado son muy pocas las manifestaciones en contra de estos graves hechos en Colombia. Que digan que lo pasado fue un camino hacia una mejor Colombia, eso es un sofisma. Ahora, ofrecen una tregua parcial, pero vamos a ver y es una propuesta limitada a que el gobierno diga lo mismo, ellos no atacan, pero que el gobierno no los molesten más y los dejen tranquilos. Todo sería diferente sí el camino hacia la paz estuviera pensado en como conversar seriamente, sin resentimientos, sin que el Presidente Juan Manuel Santos se empeñe en que se le apruebe el proceso de paz, que tiene tantos puntos flojos. Debemos pensar entre nosotros de cómo vamos a construir la paz verdadera.
¿Colombia está preparada para el posconflicto?
Esa palabra posconflicto me parece a mí apresurada. En un dialogo entre obispos un jerarca muy creyente en estos diálogos decía que nos preparábamos para el posconflicto, y otro obispo le decía, excelencia no le parece que se está tratando de ensillar antes de traer las bestias. Sino vemos claro el camino verdadero efectivo, las conversaciones interminables, si eso no camina, porque nos ponemos hablar de posconflicto ahora.
Y entonces, ¿Cómo se debe realizar el posconflicto?
Eso no es tan difícil, porque esto no se consigue con gestos de perdón ni con discursos de los ciudadanos, el posconflicto se logra con conversaciones serias entre las partes, con procesos que no sean ilusorios, además, no se pueden conceder cosas imposibles, como por ejemplo eso de considerar como delito político hasta los asesinatos, todo el narcotráfico, el asesinato, eso es horrible, entonces para dónde vamos, entonces por el momento ni me pongo hablar de posconflicto, sino que hablemos como se vive el conflicto, cada día tiene su afán. Eso del posconflicto no es tan difícil.
Y el tema del perdón Monseñor
Es claro que se debe perdonar, pero antes de perdonar hay que saber que quienes han obrado mal pidan perdón. Pero cuando nos salen los señores de la guerrilla hacer ostentación que todos los crimines que han cometido es para buscar el bien de Colombia, y no hay arrepentimiento es grave. Primero hay que hacer un propósito de enmienda. El verdadero perdón es que no lo vuelva hacer y allí si estaremos caminando hacia el verdadero posconflicto.
¿Qué opina usted de la cadena perpetua para violadores de niños y niñas?
En eso hay que tener medidas fuertes, pero estoy de acuerdo con monseñor Luis Augusto Castro, en donde dice que no le parece que se hable de cadenas perpetuas, sino de penas fuertes y luego medios de presentar esos hechos como los crimines más horrible, en la misma Iglesia sabemos que hasta sacerdotes lastimosamente han caído en cosas triste, también padres de familias y educadores. Con las cadenas perpetuas no estoy de acuerdo, hay que hablar de pedagogía y enseñanzas. A mí no me disgusta mucho lo que hicieron hace algún tiempo de colocar una fila con las fotografía de los violadores.