La Nación
COLUMNISTAS

La marcha de los jóvenes, por la vida

Hoy no escribiré sobre alguna propuesta de transformación urbana, no haré propuestas de empleo de calidad, de educación y bilingüismo, ni de mi visión de Neiva competitiva; hoy usaré este espacio para invitar a la reflexión a todos los jóvenes de Neiva, para que participen activamente en el diseño de la nueva Colombia. Yo tengo 40 años, me enseñaron que joven es todo aquel menor que uno, y esto hace que sea un mensaje para la gran mayoría de los habitantes de mi ciudad.

La historia está llena de eventos espeluznantes ocurridos en los distintos escenarios bélicos de nuestra Colombia, desde la violencia liberal-conservadora de los cuarenta y cincuenta, pasando por la desalmada guerrilla, los narco sicarios y la brutalidad paramilitar. Producto de más de 60 años en medio de esta triste realidad ha nacido el fenómeno perverso de la insensibilidad social y de uso indebido de violencia en todos los ámbitos sociales y hasta familiares.

Aquí matan a unos niños en el Caquetá y además del amarillismo mediático, no hay un rechazo social contundente ante tal barbarie. Pero no se trata de mencionar casos de estos, por el contrario el propósito a perseguir es el combate contra el “Alzheimer inducido” que padece nuestra sociedad, y que está haciendo efecto en los más jóvenes poco a poco. Es por esto que mi invitación es a los jóvenes a desbloquear su mente, a reactivar su capacidad de asombro ante los atentados contra la vida, a participar activamente en la construcción de una sociedad con valores y la lucha por la protección de los derechos ciudadanos. Debemos hacerle un llamado de atención a nuestra sociedad, demostrando activamente nuestro amor a la vida, y nuestro absoluto rechazo a toda acción en contra de ella. La paz y el respeto a la vida no son asuntos exclusivos de quienes hacen la guerra. La paz nace desde la palabra de los pueblos y está en manos de los jóvenes la construcción de valores que respeten la vida y nos permitan la paz.

Admiro profundamente la filosofía cívica y la defensa de lo fundamental que enmarca al profesor Mockus, confío en su transparencia: ésta no es una marcha política. No se trata de varios bandos, solo habrá dos, quienes queremos promover, mediante el reclamo cívico, los valores de la vida y los que se aferran a la violencia en todas sus modalidades para atentar contra el derecho fundamental. Saldré con mis dos hijas para que vayan aprendiendo que la vida es sagrada.

El próximo 8 de marzo, será un día simbólico pues es el día de la mujer, símbolo de la vida. Es muy importante que salgamos a las calles a reivindicar que ser colombiano es un acto de fe y a pedir con fervor el destierro de la violencia. ¡Jóvenes a marchar por la vida!