En muchos países, se define la pobreza como la falta de dinero. Pero, claramente el concepto de pobreza es algo mucho más amplio que la carencia de ingresos. Una persona, además de no tener dinero, puede sufrir de deficiencias para acceder a salud o educación, no tener agua limpia o electricidad o no poseer un trabajo digno. Por eso, muchos consideran que enfocarse en el factor del ingreso, no es suficiente para capturar la verdadera realidad de la pobreza y defienden las medidas de pobreza multidimensional porque crean una radiografía más completa.
En Colombia, el Dane divulgó esta semana las cifras de pobreza multidimensional que dejan muy mal parado al departamento del Huila y que están compuestas por cinco dimensiones: condiciones educativas del hogar, condiciones de la niñez y juventud, salud, trabajo, acceso a servicios públicos y condiciones de la vivienda.
Junto con el Chocó, el Huila fue el departamento en donde más se disparó el año pasado la pobreza multidimensional. Este indicador pasó del 18,3% en 2019 al 23,4% en 2020, es decir, un incremento sustancial de 5,1 puntos porcentuales.
Lo más inquietante es que el dato regional supera la media nacional. En Colombia la población en situación de pobreza multidimensional subió del 17,5% en 2019 al 18,1% en 2020. De acuerdo con el Dane, 489.000 personas entraron a engrosar estas cifras y ahora, hay 9,4 millones de ciudadanos en estas difíciles condiciones.
Claramente, la crisis de la pandemia disparó la pobreza multidimensional. La alta desocupación llevó a que miles de hogares huilenses se quedaran sin ingresos para cubrir necesidades básicas. La virtualidad limitó el acceso a salud y educación y el Estado se escudó en el coronavirus para no atender servicios esenciales.
Si bien este año las condiciones han mejorado, es importante que estos indicadores divulgados por el Dane sean motivo de análisis por parte de las autoridades huilenses y se revisen las acciones dirigidas a mejorar la calidad de vida de los hogares del departamento.