La Nación
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La seguridad, promesa electoral

Acabo de hacer un recorrido por el Eje Cafetero con retorno por la hermosa zona del Páramo de Letras, vía Manizales–Mariquita. Aparte de disfrutar de los avances incontrastables de la industria del turismo que se observa por todas partes, al ver la propaganda electoral de los candidatos a las Alcaldías de las ciudades y los pueblos por donde transitaba con mi familia, vi que la oferta de seguridad es el elemento común de los programas de las campañas. Esto coincide con lo que nos informan los medios de comunicación en el sentido de que la seguridad es una de las promesas primordiales de los programas de gobierno de los candidatos a las Alcaldías de Bogotá, Medellín, Barraquilla, Bucaramanga, Cali, Ibagué, etc. y, por supuesto, del Huila, empezando por Neiva, Pitalito, Garzón y posiblemente casi los demás municipios de este Departamento y del país. La seguridad como oferta de primer plano de las campañas políticas no lo había visto desde cuando ejerzo mi derecho al voto. ¿Qué nos está diciendo esta propuesta de las campañas para las elecciones que se avecinan. Simplemente indica que la inseguridad es el peor mal que estamos padeciendo los ciudadanos, razón por la cual, candidato que quiera ganar votos tiene que recurrir a esta promesa, pues de lo contrario sería ajeno a las preocupaciones comunes de la gente.

Garantizar la seguridad es una responsabilidad propia del ejercicio del poder público. Pero ofrecerla como prioridad en los programas del gobierno, es una señal clara de que Colombia se ha tornado en los últimos tiempos en un país cada vez más inseguro. Está el atraco callejero, no solo en las grandes ciudades, sino en los pequeños pueblos. Está la extorsión a pobres y ricos, aún desde las mismas cárceles, por bandas que se pasean por todas partes. Están los sicarios que se valen ante todo de las motocicletas para atacar y huir. Entre tanto la Policía por más que se organice e incremente, parece incapaz, entre otras cosas porque delincuente que atrapa, así sea infraganti, a los dos días la justicia los deja libres para que sigan en el delito.

Las ofertas de seguridad de los elegidos el 26 de este mes, pocos resultados van a tener, mientras que la impunidad sigan campante, mientras no sea el resultado de un proceso educativo a fondo de la sociedad y mientras no se acabe con tanta desigualdad que abruma al pueblo colombiano.