Hoy en el Día Internacional para la Sensibilización contra las Minas Antipersonal, el Ejército Nacional dio a conocer el preocupante panorama de estos artefactos explosivos, que en los últimos tres años ha ocasionado heridas graves y amputación a ocho integrantes del Ejército Nacional, de igual manera se han ubicado y destruido de manera controlada un total de 552 minas.
“Cifras y costos Entre el 2013 y 2015 los Equipos de Explosivos y Demoliciones – EXDE -, de la Novena Brigada, han ubicado y destruido de manera controlada un total de 552 artefactos en zona rural de municipios como Colombia, Baraya, Algeciras, Isnos y Neiva”, indicó la Fuerza Pública.
Desde hace más de 50 años los grupos al margen de la Ley se han dedicado a sembrar minas en la zona rural del Huila, para contrarrestar la ofensiva de las Fuerzas Militares, trayendo graves consecuencias tanto para la población civil como los uniformados.
“La colocación y fabricación de una mina oscilaría entre los 5.000 y 10.000 pesos y cuya duración puede ser de hasta 20 años, después de enterrada. Remover una de estas trampas mortales requiere tiempo, empleo de equipos y del riesgo del recurso humano, soldados quienes al trabajar en la neutralización de una mina se enfrentan a la amenaza que representa la manipulación de estas armas de manufactura hechiza”, señalan los expertos del Ejército.
Los gastos para el Estado son incalculables por este fenómeno de la guerra, por ejemplo, una víctima por mina antipersonal, si es un herido, su proceso de atención y recuperación cuesta alrededor de 650 millones de pesos, lo que incluye hospitalización, prótesis, terapia y acompañamiento sicológico para la víctima y su familia. Sin embargo, más allá del valor monetario, está el dolor que representa para las familias y el país el ver mutilados los sueños de sus héroes.
En el Huila la campaña de sensibilización y el trabajo para neutralizar estas trampas mortales continúa día a día, así como la labor de recuperación con las víctimas a quienes se les brinda todo el apoyo médico y psicológico.
Muchas de las minas se han logrado desactivar gracias a la labor y el empleo del binomio canino, detector de metales, pera y cuerda, inhibidores de señal, robot y la pericia propia del soldado colombiano.