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¿Lo pasado fue mejor?

Ventana médica                              

 
Cuando en el gobierno de Mariano Ospina Pérez, se comenzó a pensar que había que conectar Leticia con el centro del país a través de un ferrocarril, la idea no era tan descabellada. Hoy en día los políticos y cuanto transportador aéreo existe se han unido para evitar esa conexión. Es más desde 1990 y un poco antes, los dueños de las transportadoras terrestres, que eran mayoría en la junta directiva de los Ferrocarriles Nacionales de Colombia, procedieron a decidir el desmonte y liquidación de la empresa puesto que transportando carga y transportando pasajeros eran un inconveniente y una competencia para las empresas de las cuales eran dueños.

Fue así que los Ferrocarriles Nacionales, que en todo el mundo son usados como método masivo de carga y descongestionador de carreteras, aquí en Colombia fueron desechados  solo para privilegiar a una clase económica. La mayoría  de las empresas del Estado que son productivas, son puestas en las manos de unos karatekas especialistas en quebrar empresas, dichos karatekas pertenecen a las más supuesta alta alcurnia y a la crema innata de los ex alumnos de las universidades prestigiosas a nivel nacional e internacional. Esos profesionales que no aman a Colombia, sino a sí mismos y a su capital, son los miembros de distinguidas juntas directivas como Ecopetrol, o como las Electrificadoras, Telefónicas y muchas más en donde se enquistan para convertirse en unos perfectos parásitos, que son los causantes de que nuestro país tenga una economía mal manejada. Y no es que sean de un partido específico, son todos corruptos por igual, por la sencilla razón de que no existe justicia en el país, no hay clases de cívica en los colegios que eduquen y enseñen lo bueno, lo malo y lo perverso de la política. No hay clases de literatura pura sino copias de resúmenes de capítulos de libros mal leídos, por lo tanto individuos perezosos facilistas e incultos. Lo único que está saliendo de los colegios y universidades es lo menos peor, o, lo menos malo. Pues como la educación ya es un perfecto negocio se deben pasar a determinado número de estudiantes de secundaria y universidades, solo porque sin ellos no ingresaría  el presupuesto adecuado para pagar mal a unos profesores y dejar utilidades a los dueños. Esa es la pura verdad, y no digo nada de la universidad pública de donde no han podido, ni siquiera, mantener limpias las instalaciones sin afiches de criminales extranjeros como el Che Guevara.

En fin, ¿cómo podríamos pretender resucitar a los Ferrocarriles, o, a un servicio de tren con avivatos casposos y ratas que nunca serán castigados con las leyes actuales que solo estimulan el delito?