La Nación
Los espacios donde se consume marihuana en la Surcolombiana 1 6 mayo, 2024
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Los espacios donde se consume marihuana en la Surcolombiana

Foto: Montaje.

Algunos están ubicados cerca a los salones de clases, otros en las zonas verdes de la universidad. Los maestros y estudiantes no consumidores saben dónde quedan, pero guardan silencio. Unos adictos a la droga son más descarados que otros.

  
Que algunos estudiantes de la Universidad Surcolombiana ingieran droga no es novedoso, que lo hagan en sus ratos libres y que incluso expendan alucinógenos al interior del Alma Mater tampoco, lo que si preocupa es el descaro con que los jíbaros expenden marihuana y algunas personas la consumen. No respetan a docentes, administrativos, ni a chicos menores de edad que empiezan sus estudios profesionales.
 
LANACIÓN.com.co averiguó cuáles son los sitios más deseados en la Usco para consumir droga:
 
La Plaza Jaime Garzón: ubicada a escasos metros de la Institución Educativa Inem Julián Motta Salas, (parte trasera de la facultad de Educación de la Usco). Es un angosto corredor al aire libre donde en su parte central se ubica una fuente de agua antigua que no funciona desde años atrás y que tampoco ha tenido doliente.
 
El lugar -donde casi todos los universitarios saben que se consume y expende droga- es transitado por estudiantes, docentes y administrativos, quienes se acercan al sitio a dictar, recibir clases y algunos a comer en una pequeña cafetería con aire acondicionado ubicada sobre el mismo corredor.
 
Quien llega hasta allí se podrá encontrar a cualquier hora del día a estudiantes de diferentes carreras reunidos en grupos donde escuchan música, conversan, se ríen y por supuesto, ingieren cripy, marihuana y cocaína. Algunos sentados en el suelo, otros en los muros de las ventanas de los salones de clase.
 
 
El palo: es el segundo lugar donde huele a marihuana y otras sustancias. Localizado al interior del bosque del claustro universitario, en inmediaciones a la cancha de fútbol de la universidad donde estudiantes y docentes se acercan para ejercitarse, practicar deportes y disfrutar de competencias deportivas. Es una zona silvestre, al aire libre, y aunque la puerta que permite el ingreso a la parte interna del bosque a diario permanece cerrada, eso no es impedimento para que los consumidores ingresen hasta allí a ingerir drogas.
 
Los que se acercan hasta el lugar, pueden percibir el aroma de la marihuana (la más consumida), puede sentirse a cualquier hora del día, pero es en horas de la noche cuando más se hace evidente. Los consumidores que ingresan al sitio, lo hacen por el costado derecho de la cancha de fútbol, en un estrecho camino en medio de árboles, donde logran internarse al bosque, para posteriormente, en el sitio conocido como ‘El Palo’, diversas personas -estudiantes y gente externa- lleguen a ubicarse en asientos artesanales adecuados por los expendedores de estas sustancias, y así poder divisar quiénes llegan y quiénes salen del bosque.
 
Tercer piso (Facultad de Educación): allí también se reúnen estudiantes de diversas carreras de la universidad. El sitio está ubicado en una esquina a las afueras del programa de Ciencias Políticas. El olor es constante, pero se torna más intenso sobre el mediodía y al atardecer, cerca de las 6:00 de la tarde. Docentes, estudiantes y administrativos que transitan por el largo corredor del tercer piso, se encuentran con este grupo de consumidores que aunque es pequeño, a diario llegan a ingerir droga.
 
El expendio y consumo de sustancias psicoactivas como cocaína, marihuana y cripy es una constante en la Universidad Surcolombiana. Las dos últimas son las más consumidas por estudiantes del claustro universitario, y personas externas que llegan hasta las instalaciones de la Usco no solo a ingerir drogas, sino a venderlas, al igual que el consumo de alcohol como cerveza en lata y aguardiente, especialmente durante los fines de semana.
 
La Universidad Surcolombiana está tan permeada del microtráfico de sustancias psicoactivas, que hasta se habla de cinco grupos de consumidores identificados. Y otro tanto de expendedores. El problema, es que detrás de la venta de drogas se esconde la inseguridad, (varios computadores han sido hurtados), el ingreso descontrolado de quien quiera a la Usco, y hasta rumores que cada vez toman fuerza y que apuntan a una posible comercialización de armas de fuego y artefactos explosivos de personas externas (unos pocos internos) que aprovechan la libertad al interior de la Universidad.