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Los huilenses y el sexo en público

Las prácticas sexuales son aquellas maneras de expresar emociones, sentimientos, sensaciones de los seres humanos respecto a su sexualidad, como los besos, las caricias, las actitudes sensuales y de atracción. Las prácticas sexuales son aquellas maneras de expresar emociones, sentimientos, sensaciones de los seres humanos respecto a su sexualidad, como los besos, las caricias, las actitudes sensuales y de atracción. Ingrid Marcela Matiz Pimentel Especial LA NACION Alicia  dice: “Ahhh…. pero no hay como ( …) entre el carro. Recuerdo una (… ) en pleno centro, con los vidrios bien oscuros. Calle séptima entre quinta y sexta. Nueve de la noche… ahhh”. El anterior comentario, de una lectora  de la página web de LA NACIÓN, hizo que atendiera el asunto de las relaciones sexuales que se sostienen en sitios públicos o no aptos para tener sexo. Y entender por qué se dan estas conductas. Las prácticas sexuales son aquellas maneras de expresar emociones, sentimientos, sensaciones de los seres humanos respecto a su sexualidad, como los besos, las caricias, las actitudes sensuales y de atracción, y también el contacto genital o las relaciones sexuales. Para muchos, tener relaciones sexuales en lugares públicos o con riesgo de que los descubran les genera adrenalina y por consiguiente la relación se convierte en un momento apasionante. Como lo prohibido, lo oculto despierta la curiosidad,  tener sexo en lugares como los baños de sitios públicos, piscinas públicas, el carro, etc. es una fantasía de muchos, pero una practica de unos cuantos que premeditado o no  eligen estos lugares para sostener relaciones sexuales, tal vez porque romper los límites les genera mayor emoción a la relación. ¿Por qué este tipo de comportamientos? El psicólogo y docente de la Universidad Surcolombiana, Julián Vanegas, sostiene que  hay una serie de valores o prejuicios en algunos casos morales  que conllevan a que algunas prácticas sean consideradas como propias de lo privado y otras de lo público. “Eso  tiene que ver con concepciones culturales, ideológicas y en nuestro contexto indudablemente relacionadas con  la concepción judío cristiana en donde se considera que la vida sexual está restringida y su único fin es la procreación, que se asume como un  acto muy privado, reservado a la cama, a la oscuridad y a lo íntimo”, afirma el experto. “Tenemos personas con ciertas particularidades que transgreden las normas sociales como una forma de reto, de exhibicionismo, pues lo hacen para confrontar a los demás con su propia sexualidad y otros por que no han incorporado normas propias de  una cultura. Depende del código de valores de cada cultura y ya en esos casos extremos (sexo en público) lo consideraríamos como un rasgo de perversión que es un propósito  de ir más allá de las normas socialmente establecidas”, expresó el psicólogo. Julián Vanegas  agregó  que en el Huila usualmente estas prácticas no se dan ya que es un departamento de una cultura muy conservadora, que todavía está muy cercana a concepciones del pecado, de lo prohibido, pero que a pesar de ello se vivencia la sexualidad de manera muy activa,  que la monogamia no es lo más practicado, que los moteles son un muy buen negocio en una ciudad como ésta. “En nuestro contexto es muy poco o raro el caso de que personas conscientes y voluntariamente tengan una relación sexual  en público, porque es un contexto muy conservador y uno si diría que quien haga eso es una persona que en determinado momento tiene un choque o un conflicto con las normas socialmente establecidas. Así  la persona lo considere valido se debe entender que los comportamientos  deben ser contextualizado en la lógica social”, concluye el sicólogo Julián Vanegas. Más allá de la intimidad La intimidad es un aspecto de la sexualidad que se pone en riesgo, en estos casos de sostener relaciones sexuales en lugares no apropiados donde pueden ser sorprendidos, pero precisamente esta sensación de  riesgo es la que lleva a algunas personas a realizar estos comportamientos, que no son bien vistos por la sociedad, porque irrumpe ese derecho a la intimidad y por supuesto el sexo en público está prohibido por la ley. Las prácticas sexuales de la intimidad y las que se pueden dar en público (como los besos) dependen de la lógica que cada quien define para si mismo, es un asunto que no se puede tratar en términos generales sino que cada persona de  manera autónoma decide si un beso o una caricia hacen parte de su intimidad o por el contrario pueden hacer parte de sus prácticas públicas. Cada quien decide que es público y privado para si mismo, claro está teniendo en cuenta las normas y los códigos sociales establecidos, que deben ser respetados. ¿La adrenalina? Hay que tener cuidado con la búsqueda de adrenalina en las relaciones sexuales, o con las fantasías sexuales que se tienen o se estaría dispuesto a cumplir,  ya que las relaciones sexuales en sitios públicos están prohibidas por la ley, no son aceptadas socialmente y pueden violentar su intimidad. Existen muchas otras formas de salir de la rutina, de inyectarle emoción a las relaciones sexuales, sin caer en el exhibicionismo. Esas opciones pueden resultar mucho más efectivas y agradables como tener en cuenta otros lugares de su casa para el sexo, visitar sitios dispuestos para el disfrute sexual como los moteles y usar la imaginación y la creatividad para darle nuevos aires a sus encuentros sexuales y salir de la rutina, sin estropear las normas y su propia intimidad.