La Nación
EDITORIAL

Mandela y la dignidad

El mundo llora con razón a Nelson Mandela, sin duda, una de las personalidades más importantes del siglo XX, convertida en "fuente de inspiración" universal por sus valores de perdón y de reconciliación. Un héroe de la justicia y la paz como lo describen millares de admiradores.

Mandela se convirtió en un héroe mítico, intocable, respetado tanto por el poder como por la oposición. Mandela, el padre de la Sudáfrica moderna, símbolo de la lucha por la libertad, la igualdad y la reconciliación. Fue es uno de los líderes más trascendentales de la historia contemporánea.

No sólo cambió la suerte de todo un país sino que fue capaz de poner su lucha contra la segregación racial en los ojos del mundo. A partir de ahí nada sería igual. Suráfrica se convertiría en el lugar de las posibilidades, de los cambios, de las utopías. Empezó a existir en el contexto mundial como el escenario de las transformaciones en donde el color de piel ya no significaría la puerta de la exclusión sino la mirada de la igualdad.

Pero ¿quién fue Mandela? Además de negro, rojo, culto, africano, hombre libre en una cárcel levantada por blancos fue implacable con los enemigos de la igualdad, la justicia, la libertad. Ahora que ha muerto todo el mundo vuelve sus ojos hacia él para elogiar su magnanimidad y su paciente cultura del compromiso, pero detrás de esos ingredientes está su lucha denodada en la que a veces tuvo que emplear medios no pacíficos.

Gracias a Mandela la reconciliación en Sudáfrica fue una realidad. ‘Madiba’, como le decían cariñosamente, pasará a la historia por haber negociado pulso a pulso esa transición hacia una democracia multirracial con grandes sacrificios, incluso años de prisión. No tuvo alternativa: gran parte de su vida adulta la pasó entre la clandestinidad, los tribunales, la cárcel y la vida pública de un estadista.

Mandela cambió la suerte de un país y la percepción de un continente y del mundo entero gracias a su ejercicio del compromiso y la dignidad, que sin lugar a dudas lo convierten en una de las grandes figuras de la historia contemporánea. Su ejemplo debe prevalecer para acabar con todas las exclusiones, todas las desigualdades, todas las injusticias que se empeñan en minar la humanidad.

Mandela, un apóstol de la libertad que se ganó la gloria y la inmortalidad. Un hombre valeroso que con el ejemplo, enseñó el perdón.

“Mandela, un apóstol de la libertad que se ganó la gloria y la inmortalidad

ÉDITORIALITO

La CAM abrió la convocatoria para escoger al nuevo director de la entidad, cuyo cargo quedó vacante. Ojalá que en este caso predomine la meritocracia y no la politiquería, como ha venido ocurriendo. El plazo para inscribirse vence el 16 de diciembre. Los organismos de control deben vigilar el proceso para evitar la “dedocracia”.