Pareciera que los gobiernos no aprenden porque tanto el Plan de Alimentación Escolar (PAE), cómo las entregas de mercados, siguen generando dolores de cabeza en todo el país. Un reciente informe de la Contraloría General que investiga los mercados entregados a familias de escasos recursos durante la pandemia por la covid-19 en Neiva, pide tomar correctivos. Y configura hallazgos disciplinarios y fiscales. Auditaron el contrato 698 de 2020 suscrito entre la Secretaría de Educación Municipal y la Asociación de Estudiantes Afrodescendientes de Nariño Asoformando Colombia y confirmaron las diferencias entre lo pactado, lo entregado y lo pagado. La idea era entregar 105.000 raciones en tres mensualidades en tres meses en la zona rural de la ciudad. En la primera, por ejemplo, se focalizaron 34.954, el operador entregó 30.492 y la supervisión reportó la entrega de 33.989, es decir, las cifras no concuerdan. En la segunda y tercera entrega ocurrió la misma historia. El supervisor avaló 7828 raciones de más que equivaldrían, según el organismo de control, a 391 millones de pesos. Desde la Secretaría de Educación desvirtuaron el hallazgo. No obstante, los auditores estimaron que la supervisión avaló la totalidad de entregas y no puso objeción alguna, pese a que las cifras no coincidían.
Una reciente auditoría de 266 páginas de la Contraloría General desnuda un problema serio y repetitivo en el Huila: la falta de supervisores idóneos que realmente vigilen y defiendan los intereses del Estado. El organismo fiscal dedicó el grueso de sus páginas a confirmar cómo los encargados de vigilar los contratos, no están haciendo la tarea, no están revisando la ejecución de obras, no están atentos al cumplimiento de los objetos, entre otros problemas. ¿Se les olvidó que responden igual o más que el contratante? ¿Quién los escoge y bajo qué criterios?
En la Secretaría de Educación deberían evaluar la calidad de los supervisores. Y de paso evitarse chicharrones y dolores de cabeza. No es justo que con todos los escándalos de PAE y entrega de mercados en esta y anteriores alcaldías, todavía se presenten los mismos problemas: huevos en mal estado y alguna comida pasada, como se denunció durante la semana. Es cierto que jamás se tendrá a la totalidad de los beneficiarios contentos, y es complejo controlar el estado del ciento por ciento de los alimentos en un clima como el de Neiva, pero debe existir mayor control. Al fin y al cabo el Huila lleva hablando y contratando mercados y el PAE desde hace más de diez años, pero parece que no se aprende.
Nota uno: A Rodrigo Lara Restrepo y Rodrigo Lara Sánchez los separó la política, pero ahora, de cara al 2022, los volvió a juntar. El primero promete ser precandidato presidencial, pero nada entre presuntas inhabilidades en el Nuevo Liberalismo porque no fue víctima directa de la desaparición del partido de Galán. Y al segundo se le apareció la virgen. Podría aspirar a la Cámara por dicho partido, aunque, ¿ya renunció al Partido Verde?
Nota dos: la lista del Pacto Histórico en el Huila es de chiste. Y no por sus personajes, todos muy respetables. Cómo será cerrada, entre los amigos de Petro estarán los primeros lugares. Y después del puesto 12, difícilmente lograrán un escaño.