Para Carlos Eduardo Amezquita Parra, economista, docente de la Facultad de Economía y Administración de la Universidad Surcolombiana, integrante del grupo de investigación Simbiosis y columnista de LA NACION, “no hay condiciones para retenerlos, no hay políticas, no hay instituciones, ni oportunidades para incitar a la juventud a quedarse y contribuir a su región”. Para Carlos Eduardo Amezquita Parra, economista, docente de la Facultad de Economía y Administración de la Universidad Surcolombiana, integrante del grupo de investigación Simbiosis y columnista de LA NACION, “no hay condiciones para retenerlos, no hay políticas, no hay instituciones, ni oportunidades para incitar a la juventud a quedarse y contribuir a su región”. En diálogo con Plataforma Joven, afirma que Neiva es una ciudad expulsora de población. Por cada 100.000 habitantes que llegan a la ciudad, 150.000 se van. Son más los que abandonan el municipio que los que se quedan. Más o menos, el 50% de los jóvenes que terminan el bachillerato se van a estudiar o a realizar otras actividades a cualquier otro lugar del país o al exterior, entonces la población general del Huila se va quedando sin jóvenes, los que continúan aquí son mayores. Según sus investigaciones, de 100 estudiantes universitarios, entre 5 y 10 están buscando opciones fuera del país, “porque estamos en una época en que por la situación interna del Huila, por el estado del mercado laboral en Colombia y por posibilidades que brindan el TLC, los acuerdos bilaterales, la globalización… los jóvenes ven más posibilidades en el exterior”. Considera que la población juvenil no tiene estímulos para quedarse y las ofertas de países como Canadá o Argentina son muy tentadoras, por ello sucede, por ejemplo, la fuga de cerebros, que tiene un índice altísimo, en el que profesionales que van a complementar su formación (doctorados, maestrías…) fuera de Colombia con el apoyo de alguna institución, se van, se forman y no regresan o si lo hacen, vienen con la idea de volverse a ir; ven mayores oportunidades para realizarse y prefieren pagar las multas que les imponen las instituciones que retornar a su tierra natal. “Esto genera profundos problemas en el desarrollo de nuestra región y nuestro país. Los niveles de desarrollo se ven afectados. Estamos viviendo un relevo, los neivanos jóvenes salen de la ciudad buscando oportunidades y son reemplazados por gente de otras regiones que viene a hacer negocios y se queda, entonces la región se va quedando sin oriundos”, afirma. Para el profesional, “es un reto para los jóvenes, los padres y, en especial, las instituciones generar condiciones para que la juventud opita se quede acá. No hay condiciones para retenerlos, no hay políticas, no hay instituciones, ni oportunidades para incitar a la juventud a quedarse y contribuir a su región; esa es la otra cara de la moneda”. 
Carlos Eduardo Amezquita Parra, economista y doscente 
Oficina de Relaciones Nacionales e Internacionales (ORNI)-USCO 
Balance de Movilidad Institucional. ORNI-USCO
