Se cumplió ayer una nueva jornada del día sin carro y sin motocicleta en la capital del Huila, la segunda de carácter obligatorio en este 2019. Por acuerdo municipal, la ciudad está obligada a que se haga al menos, una de estas jornadas en el primer semestre del año. Sin embargo, esta Administración, la de Rodrigo Lara Sánchez, optó por hacer otra para incentivar mucho más el uso de la bicicleta.
Frente a jornadas anteriores, es notorio que los neivanos se preparan más para el desarrollo de esta jornada. Fue motivador, por ejemplo, ver a un buen número de ciudadanos empleando la bicicleta para sus desplazamientos. Las ciclo-rutas fueron de gran utilidad.
También fue ejemplarizante que padres de familia decidieran llevar a sus hijos de manera normal a los colegios. Por eso, todo el rechazo para las instituciones educativas que aún insisten en suspender clases con motivo del día sin carro y sin moto.
Los beneficios que deja esta jornada saltan a la vista: reducción en la accidentalidad y claramente, menor contaminación atmosférica y auditiva.
Con toda razón, muchos neivanos caminaron tranquilos ayer por las calles de la ciudad. Los niveles de estrés bajan y la posibilidad de transitar sin tanto ruido y las vías desocupadas, contribuyen notablemente en el estado emocional de las personas.
Para tener en cuenta: la jornada de ayer ratificó una vez más que Neiva necesita con urgencia una renovación de su parque automotor público. Con el día sin carro y sin moto, resaltaron más los colectivos que son, literalmente, chimeneas ambulantes. La jornada del primer semestre lo evidenció, y la de ayer, lo ratificó: es necesario que estos vehículos que generan una gran contaminación salgan de las calles.
Otro detalle lamentable: algunos taxistas que aprovecharon la alta demanda para apagar el taxímetro y abusar en las tarifas. Eso no se hace.
“Con el día sin carro y sin moto, resaltaron más los colectivos que son, literalmente, chimeneas ambulantes. La jornada del primer semestre lo evidenció, y la de ayer, lo ratificó”