– “… Yo no quería ser señorita Bogotá, pero ya cuando empezó no podía echarme para atrás o renunciar teniendo todo listo”
– “…Cuando Alan se mató empecé a reflexionar sobre muchas cosas…”
– “… En el colegio jamás hice obras de teatro, de hecho le tengo pánico al público, no me gusta hacer teatro…”
– “:.. Íbamos mucho a la Plata, San Agustín, Pitalito y Rivera, visitábamos unas fincas hermosas
– “… Cuando niña no quería conocer a nadie más, mi papá lo era todo, él fue mi ídolo…:”
Fue virreina nacional de belleza en el año de 1992. Hoy es actriz, esposa y mamá de tres hijos.
Kathy Sáenz nació en 1974 en Bogotá. Es considerada una de las mejores actrices de nuestro país. Su carrera inició cuando debutó sin experiencia y con gran sorpresa en la producción colombiana ‘La maldición del paraíso’ en el año de 1993, a pesar de que sus padres no estuvieran de acuerdo con aquella decisión.
“Ellos pensaban que ser actriz era como ser prostituta, lo veían como algo demasiado grave, era como ser una cabaretera. Para mi mamá fue una situación bien horrible”. Afirmó Kathy Sáenz.
Los colombianos la conocieron hace 23 años cuando ocupó el segundo lugar en el certamen nacional de belleza de Cartagena, pero muchos desconocen el poco interés de participar de la entonces reina bogotana.
“Eso fue algo que jamás me imaginé, no me interesaba. Nunca me vi de reina, al contrario mi mamá y hermanas estaban emocionadas con la idea, pero yo no”.
Cuenta a los huilenses momentos de llanto y tristeza que ha tenido que vivir en sus 41años de vida.
“Mi papá se murió y mi mejor amigo se mató, esas han sido perdidas muy difíciles”
Hace un año y medio está dedicada por completo a sus hijos y a su esposo, el actor Sebastián Martínez. Es vegetariana, vive en el campo y hoy en diálogo exclusivo con LA NACIÓN habla de estos y otros capítulos de su historia de vida.
Kathy bienvenida al Huila, a LA NACIÓN. ¿Cómo va todo por estos días?
Muchas gracias por la invitación, todo muy bien, las cosas van caminando de una forma tranquila, con mucha paz, en familia y disfrutando de cada momento.
¿Dónde y cómo transcurrió su infancia?
Esa linda época de mi vida la viví en diferentes fincas, rodeada de muchos animales, con naturaleza, montando a caballos, son recuerdos muy lindos que atesoro como los grandes momentos de mi infancia.
¿Nació en Bogotá?
Sí.
¿Al referirse a fincas, de cuáles habla, dónde estaban ubicadas?
Mi papá tenía fincas en el Llano y en Moniquira (Boyacá), cerca de Santander, entonces todas las vacaciones las pasábamos allá.
¿Qué vivencias, pilatunas y juegos recuerda?
En realidad no fui tan necia, era muy juiciosa y tranquila. Me encargaba de todos los quehaceres de la finca, ordeñaba, recogía los bultos de naranja y huevos. Miraba si las gallinas estaban comiendo, cepillaba y peinaba a los caballos, hacía varias cosas que me parecían lo máximo, no fui de tener muchos amigos o juegos como tal. Toda mi infancia fue llena de campo y naturaleza.
Fue la menor de ocho hermanos ¿Qué tal la relación?
Fui una niña muy consentida tanto por mi papá como por todos mis hermanos, con quienes tuve una buena relación, aunque con unos peleaba más que con otros.
¿Hubo un vínculo muy especial con su papá?
Sí, fui muy apegada a mi papá y él a mí. Era la chiquita de la casa que siempre cuidaba, fui la niña de sus ojos. Mi papá me enseñó muchas cosas que aún guardo y recuerdo con cariño y amor, cosas que heredé de su personalidad y siempre están muy marcadas en mí. Él fue muy cariñoso, consentidor, a veces bravo, pero con justa razón. Cuando niña no quería conocer a nadie más, mi papá lo era todo, él fue mi ídolo.
¿Algún momento para destacar?
Sí, hay un recuerdo divino con él y es que siempre me sentaba a su lado en el carro, en ese entonces no había muchos controles de tránsito y no pasaba nada, mi papá siempre me guardaba el ‘puestico’ junto a él.
¿Cómo vivió su época estudiantil?
Ay recordar el colegio es muy bonito porque fue una etapa feliz. Yo estudié cerca a mi casa, era un colegio pequeño, de niñas y con todos tuve una relación muy amable, me la llevé muy bien con mis profesores y compañeras, no fui rebelde o cosas por el estilo, la adolescencia no me dio duro.
¿Con qué soñaba en ese momento de su vida?
La verdad estaba muy pérdida, nunca supe qué quería estudiar después del colegio, no la tenía clara, me gustaban algunas cosas pero nada contundente, entonces fue un momento complicado por eso mismo.
¿Durante sus primeros años de vida vivió la experiencia de los reinados de belleza a través de sus hermanas Shirley y Julie?
Así es, aunque me acuerdo más de Julie porque cuando Shirley participó yo estaba muy pequeña. Con Julie ya tenía 10 años y ver uno a su hermana como reina era lo máximo, además en esa época los reinados eran algo lindo y solemne, todo era muy bien cuidado, eran familias enteras disfrutando de una fiesta sana, tranquila y hermosa en todos los aspectos.
¿En su caso cómo se dio la oportunidad de ser reina?
En ese entonces el alcalde de Bogotá era muy allegado a mi familia, él era de Moniquira (Boyacá) y tenía una excelente amistad con mi padre. El alcalde le dijo a mi papá que le gustaría que yo participara como señorita Bogotá. Eso fue algo que jamás me imaginé, no me interesaba. Nunca me vi de reina, al contrario mi mamá y hermanas estaban emocionadas con la idea, pero yo no. Estaba muy jovencita y no tuve el criterio para decir no.
¿Muy difícil esa época entonces?
Fue horrible, yo no quería ser señorita Bogotá, pero ya cuando empezó no podía echarme para atrás o renunciar teniendo todo listo. Ya después me gocé por completo el reinado, conocí personas increíbles, hice amigas fantásticas y terminé disfrutando mucho esta experiencia.
¿Qué aprendió del reinado?
Pues la verdad no mucho, hubo algunas experiencias lindas que al recordar me sacan una gran sonrisa.
¿Cuál fue el acompañamiento de su familia?
Total y completo, todos fueron a Cartagena, además muchos amigos me apoyaron, éramos un grupo enorme, una fiesta increíble donde mis papás estuvieron muy orgullosos.
¿Cuáles fueron sus primeras manifestaciones en el tema artístico?
A mí nunca en la vida me gustó la actuación, en el colegio jamás hice obras de teatro, de hecho le tengo pánico al público, no me gusta hacer teatro, quizás otras personas le encuentran toda la razón al tema, yo soy más audiovisual
¿Cómo se involucra entonces con el medio artístico?
Después del reinado Julio Sánchez Cristo me llamó para presentar un programa con Producciones JES, en ese momento la oportunidad era ser presentadora y fue increíble, estuve conduciendo ‘Panorama’ y hasta ahí todo muy bien. Después Julio me dijo que estaban preparando una novela que seguramente sería todo un éxito, se trataba de ‘La Maldición del Paraíso’ y que necesitaban a alguien para un nuevo personaje, entonces me dice que por qué yo no lo hacía, pero inmediatamente le respondí que no. Yo no tenía ni idea de qué era actuar. Julio me dijo que hablara con el director de la producción que era Víctor Mallarino, así lo hice y a Víctor le dije lo mismo, yo me moría del susto, jamás había hecho algo así, finalmente Víctor me convenció para que hiciera parte de la novela, me asesoró en todo y acepté. A mi papá casi le da una ataque, fue muy horrible para mi familia, para ellos fue la peor decisión que pude haber tomado en ese momento.
¿Por qué?
Mi familia es una familia tradicional bogotana, ellos pensaban que ser actriz era como ser prostituta, lo veían como algo demasiado grave, era como ser una cabaretera. Para mi mamá fue una situación bien horrible y sus argumentos fueron que ese era un mundo de drogas y prostitución y de hecho en ese tiempo así era, hoy en día el tema se ha tranquilizado mucho, ya han pasado más de 20 años, todo es muy diferente.
¿Finalmente terminaron aceptando su decisión?
Pero muchos años después, ellos son adultos y no fue fácil cambiarles el chip, pero yo estaba muy clara en la decisión que había tomado, sabía que si la vida me había puesto allí era porque existía un talento que desconocía, pero que ahora quería aprovechar al máximo. Empecé a trabajar y a lucharla mucho, esto no es tan fácil, no es que uno llegó y de una protagonizó, es una larga espera. Ya cuando mis papás empezaron a ver mis personajes en televisión lo fueron aceptando poco a poco.
¿Cuál ha sido el momento más difícil en su camino profesional?
Sea en televisión o en cualquier carrera pienso que lo más difícil es lidiar con tantos egos. En una novela trabajan más de 100 personas y suele ser complicado el tema, pero siempre saco lo mejor de cada proyecto para crecer como persona y termina siendo una experiencia muy bonita.
¿Ha tenido que despedir para siempre a personas cercanas a su vida?
Sí, mi papá se murió y mi mejor amigo se mató, esas han sido perdidas muy difíciles. Cuando mi papá murió lloré demasiado, pero él estaba sufriendo y siempre supe que se fue a descansar, entonces fue un proceso de adaptación más fácil. Cuando se murió mi mejor amigo sentí que yo me iba a morir, me pegó muy duro y fuerte, pero eso se convirtió en la inspiración de muchas cosas, fue el comienzo de reflexiones muy grandes.
¿Su amigo fue Alan Rausch?
Sí
¿Qué cambios y puntos de reflexión llegaron después de esa muerte?
Fue una época en la que yo rumbeaba muchísimo, obviamente trabajaba, pero me la pasaba de fiesta en fiesta, pensaba que la vida era rumbear, pasarla bien y listo, y es que además no tenía 20 años, en ese momento ya tenía más de 30 años de vida. Cuando Alan se mató empecé a reflexionar sobre muchas cosas, por ejemplo sobre qué es la vida, para dónde va uno, fueron muchos interrogantes, también tomé otras decisiones, una de ellas fue ser mamá y bueno creo que cambié positivamente mi vida.
¿Usted es vegetariana?
Sí, hace nueve años lo soy.
¿Cómo nace este hábito de vida?
Crecí en el campo y veía como los terneritos se volvían novillas y después vacas, por supuesto yo los amaba a todos, tenía una relación muy cercana con ellos, pero posteriormente veía también cómo los llevaban al matadero, para mi ese tema siempre fue un drama. Toda la vida he tenido la mejor relación con los animales, crecí respetándolos.
¿Cómo toma la decisión de convertirse en vegetariana?
Durante una novela conocí a Martina García quien ya era vegetariana y empecé a preguntarle sobre el tema, ella me contó absolutamente todo y me pareció una belleza, además ella tenía un terapeuta, Luis Fernando Leal, que hoy en día es mi terapeuta personal y que a propósito le debo millones de cosas y entre todos me dieron este regalo tan lindo que es ser vegetariana.
¿Actualmente vive en el campo?
Soy eternamente feliz en mi casa, es un regalo de Dios. Yo vivo en el último barrio de Bogotá, queda muy lejos de la ciudad, allí aún respiro aire puro y vivo cerca de un cerro, la casa parece una finca, tiene mucho verde y allí junto a mi esposo e hijos vivo días muy felices.
¿Hablemos de su faceta como mamá y de la relación con sus tres hijos?
Sabes actualmente estoy compartiendo muchísimo con ellos, estoy cien por ciento dedicada a mis tres bendiciones. Yo venía trabajando hace más de 20 años sin parar, trabajé embarazada, lactando, en todos los estados y llegó un momento en el que vi que mis hijos estaban creciendo y se encontraban en una edad crucial y definitiva en donde era necesario acompañarlos todo el tiempo.
¿Hace cuánto está dedicada a sus hijos por completo?
Cuando culminé de grabar ‘Los Graduados’ del canal RCN, es decir hace un año y medio. Yo terminé muy cansaba y extenuada de esa producción, sentía que debía descansar, además mis hijos necesitaban de mí.
¿Qué edad tiene cada uno?
10, 9 y 6 años.
¿Cuál ha sido el secreto de mantener exitosamente su relación con Sebastián Martínez?
Mira no es para nada fácil, nuestro terapeuta Luis Fernando nos ha ayudado muchísimo en diferentes momentos y procesos que hemos tenido que afrontar como pareja, situaciones difíciles, pero esa ayuda ha sido valiosa, además meditamos mucho y siempre trabajamos por ser mejores personas, entender que todos tenemos defectos y lo importante es amar y comprender de verdad.
¿Qué proyectos vienen para el segundo semestre del 2015?
He realizado varias audiciones para producciones en Colombia y fuera del país, estoy atenta a las respuestas. No puedo quedarme quieta, amo lo que hago, amo mi familia, pero tengo que trabajar para sentirme viva.
¿Qué sabe de Neiva y qué conexiones tiene con el departamento del Huila?
Muchas conexiones, primero por Herney Luna que es un director que amo y adoro con mi vida y es de la Plata (Huila). También porque con un excuñado, esposo de la hermana de Cami íbamos mucho a la Plata, San Agustín, Pitalito y Rivera, visitábamos unas fincas hermosas que quedan como a hora y media de Neiva y que son una belleza, entonces he disfrutado mucho del Huila y sus paisajes.