La afirmación se encuentra registrada en el oficio entregado por el Cuerpo Oficial de Bomberos a los investigadores de la Sijin de la Policía Metropolitana de Neiva.
El informe, señala que hacia las 11:11 p.m. del 30 de noviembre de 2013, cuando ingresaron los bomberos luego de una orden dada por funcionarios del CTI, encontraron a una persona de sexo masculino con quemaduras aproximadamente en el 90 por ciento de su cuerpo.
El hombre fue trasladado en una patrulla de la Policía Nacional, ya que la ambulancia nunca llegó.
Un año después de los hechos aún se desconocen las verdaderas causas del incendio que acabó con la vida de Tovar Cárdenas, quien solo llevaba dos horas capturado luego de que funcionarios del Cuerpo Técnico de Investigaciones llegaran hasta la vivienda de su progenitora María Yenny Tovar, e hicieran efectiva una orden de captura que pesaba en su contra.
Los bomberos nunca pudieron establecer las causas del conato según ellos porque la escena había sido alterada.
“De acuerdo con la visita técnica realizada al día siguiente por personal de esta institución (bomberos), al lugar de los hechos, se pudo observar que la escena había sido contaminada, motivo por el cual se abstienen de dar algún informe oficial sobre las causas que originaron la conflagración”, reza textualmente el informe.
Un sueño
Yenny estaba decidida a cerrar el capítulo de la muerte de su hijo, sin embargo un sueño la motivó a reactivar el caso.
Cierto o no, la verdad es que ella está dispuesta a llegar hasta las últimas consecuencias.
“Por un sueño que tuve con él, fue que me animé a poner la demanda. Mi hijo está reclamando justicia, me dijo que mirara la carpeta que tenía con los documentos y que los revisara bien porque él necesitaba irse a descansar. No necesito ningún dinero eso no me va a reemplazar a mi hijo, solo quiero justicia”.
En medio de lágrimas Yenny, manifestó que hasta el momento la Fiscalía no le ha entregado ninguna versión de lo sucedido.
“Lo único que declararon fue que hubo una conflagración. La Fiscal del caso dijo que tenían que esperar hasta el próximo año”.
La tragedia
Jefferson fue sacado de su casa a las 7:30 de la noche, del viernes 30 de noviembre de 2013. Faltando 10 minutos para las tres de la mañana, a Yenny le entró una llamada a su celular, al otro lado de la línea una voz le dijo que si podía desplazarse hasta el Palacio de Justicia, pero un fuerte aguacero impidió que ella saliera de la casa.
Agentes del CTI, llegaron y la recogieron pero en el camino nunca le dijeron qué había pasado, cuando llegó al Hospital se encontró con la trágica noticia, allí enteró de todo lo sucedido.
Yenny señala que existen muchas versiones de la muerte de su hijo, ella busca la verdad.
“Comentaron que en la celda donde estaba mi hijo se había presentado un incendio y que había resultado quemado, cuando ingresé a la Unidad de Urgencias del Hospital Universitario, la médica de turno fue muy sincera y dijo que por la gravedad de las quemaduras mi hijo no tenía probabilidad de sobrevivir. Ellos lo internaron esa noche, y falleció al día siguiente a las 5:48 de la tarde”.
Una orden de captura
Según lo que Jenny pudo corroborar, su hijo tenía orden de captura al parecer por el delito de tráfico de estupefacientes.
Un año antes de la tragedia había sido sorprendido con 200 gramos de alucinógeno en el municipio de Acevedo. Sin embargo quedó en libertad porque la cantidad no ameritaba ir a prisión.
Pasado el incidente en el municipio de Acevedo, en varias oportunidades agentes del CTI llegaron hasta la vivienda de Yenny, ubicada en el barrio Puertas del Sol preguntando por su hijo Jefferson Tovar Cárdenas.
“Cuando lo capturaron yo estaba con él, ese día tuvimos una discusión. Como era una persona consumidora a veces se tornaba muy agresivo, yo lo tenía demandado por violencia intrafamiliar. Siempre que pasaba algo, yo llamaba a la Policía para que lo calmaran. Tenía una boleta de citación para que se presentara en el Palacio de Justicia, ahí había un número telefónico y llamé ese día hacia las cinco de la tarde y ellos llegaron a las siete de la noche”, narró la mujer.
Su madre y hermana le mandaron a hacer una placa con su equipo favorito.
A pesar de su adicción, Jefferson trabajaba para apoyar económicamente a su madre, su último lugar de residencia fue el municipio de La Plata, donde estuvo recolectando café.
“Es algo muy duro, como madre no hay palabras para describir el dolor. Al momento de los hechos me lo imaginaba pero no sabía en realidad la magnitud de la tragedia. Cuando lo vi fue muy difícil, mi hijo tuvo que haber permanecido varios minutos quemándose”,
“Uno de mamá siempre tiene un sexto sentido y creo que mi hijo sabía de algo muy grande y no quiso hablar para que le pasara todo esto”, sentenció la acongojada madre.
Las versiones
A Yenny, le han dado muchas versiones, la primera señala que su hijo saltó y arrancó la bombilla del calabozo, pero a ella le contaron que esas bombillas estaban aseguradas con una rejilla.
Después le habrían dicho que Jefferson había arrancado un tomacorriente y que una chispa cayó en la colchoneta que unos guardas le habían prestado para dormir.
“Es ahí en que me surge una pregunta: Colchoneta de dónde, si a los presos no les dan, desde cuando esa generosidad”, cuestionó María Yenny.
A la mujer en su momento le dijeron que no había quedado nada de las pertenencias de su hijo, que todo se había quemado.
“Mi hijo no se quemó un cabello, la cara le quedó intacta, tenía un piercing, una gorra y una camándula. Con la ayuda de un abogado se hizo un documento a los dos días de haberlo radicado me llamaron y me entregaron lo poco que quedó. Los cordones, los zapatos, una mechera, el piercing, un anillo, la camándula, un reloj viejo, la billetera. Eso era lo que él tenía”.
Yenny ha decido guardar todas esas cosas, dice que la tranquiliza, porque este año ha sido bastante traumático para ella, tuvo que buscar apoyo sicológico y siquiátrico.
“Me queda de aliciente de los últimos doce días que pasé con él en el campo, estuve celebrándole el cumpleaños” recordó entre lágrimas Yenny.
Ese día de los cumpleaños Jefferson, quiso que su madre le prepara un pollo en Coca Cola, “la noche en que fue capturado le empaqué comida para que llevara y un arroz de leche que le gustaba mucho el cual en mi casa nunca se volvió a preparar (llanto), me quedan los buenos recuerdos y un perro que al dármelo dijo que era el nieto que me dejaba”.
Único hijo varón
Después del incidente en Acevedo, el joven había regresado a Neiva, tres días antes de su muerte consiguió trabajo en una obra de construcción y le pidió a su madre que si le dejaba tener a una muchacha con la que pensaba organizarse.
“Iba a formar un hogar con una joven que conoció en La Plata, pensaban unirse en el mes de diciembre del año pasado él adelantó el viaje porque ese día en que murió yo me graduaba de bachiller. Le negaron la posibilidad de ser padre, a mí de conocer un nieto, ya que era mi único hijo varón”, relató Yenny.
El informe entregado por el Cuerpo de Bomberos deja constancia que al momento de los hechos funcionarios del CTI les negaron el ingreso.
Jefferson tenía una gran pasión, su equipo de fútbol hincha acérrimo del Nacional, su hermana un año menor que él era defensora del Atlético Huila, pero nunca entraron en discordia, según la madre eran muy unidos a pesar de la diferencia de equipos.
Los recuerdos invaden a Yenny, recordó que esa semana antes de que muriera habían estado en el centro comprando las luces de Navidad.
“Nunca pensé que tuviera que desocupar la sala de mi casa para velarlo. Las luces se las coloqué en el ataúd el día del velorio”, rememoró la mujer.
‘No estaba loco’
Tovar Cárdenas prestó el servicio militar y quería continuar con la carrera, pero hubo algo que llamó poderosamente la atención de su mamá. Estando en la Unidad médica agentes del CTI le insinuaron que su hijo al aparecer tenía problemas mentales, afirmación que ella rechazó con un no, rotundo, pues él se había presentado para continuar como soldado profesional y había salido apto.
Sin embargo no pudo ingresar por ochenta mil pesos que necesitaba en su momento para unos documentos.
Luego de la muerte de su hijo, Yenny tuvo que afrontar otras tragedias en lo corrido del año, siete meses después de la muerte de Jefferson, su padre falleció.
“Mi papá después de la muerte de su único nieto varón, fue decayendo y el 30 de julio cuando mi hijo cumplía siete meses de muerto sufrió un infarto. Hace dos meses también enterramos a la hermana de mi esposo, era la muchacha que se mató junto con el esposo cuando regresaban de las fiestas de Yaguará, gracias a Dios he tratado de mantener la mente ocupada, metiéndome en cuanto curso aparece”.
¿Irregularidades?
Pero en medio de todo lo ocurrido, han surgido algunos detalles que llaman la atención de la familia de Jefferson y se suman a los ya expresados por el Cuerpo de Bomberos de la ciudad.
Por ejemplo, en el momento de los hechos, Jefferson estaba compartiendo celda con otro sujeto, pero lo paradójico del caso es que a él no le pasó nada.
Según se conoció, ese día había sido capturado Carlos Albeiro Méndez Sierra, por el delito de alimentos. En la declaración juramentada dada ante la Sijin, el sujeto señaló que intentó ayudar a Jefferson arrojándole agua con una botella pero que después la intensidad del humo no lo dejó.
En ese orden de ideas, hoy quedan muchos interrogantes para la familia de Jefferson Tovar Cárdenas. LA NACIÓN intentó comunicarse con el director de Fiscalías, Harold Fierro, pero no fue posible por encontrarse fuera de la ciudad.
Por el momento, Yenny, siguiendo una premonición del sueño que tuvo en el que su hijo le pide que haga justicia, está decida a llegar a conocer lo que verdaderamente pasó la noche de 30 de noviembre de 2013 en el interior del calabozo del Palacio de Justicia, donde su hijo resultó quemado.