Pasadas las celebraciones de final y nuevo año, los más de 4.000 aspirantes a una curul en el Congreso de la República en las elecciones del domingo 9 de marzo se instalarán en el partidor e iniciar la recta final de la campaña, con casi dos meses por delante de dura batalla.
Este periodo lo ocuparán en aceitar la maquinaria, terminar de armar los equipos políticos, desplegar la más impactante publicidad electoral y recoger los fondos para el día de las votaciones, que es cuando en realidad se define todo: se cosecha lo sembrado.
Gran diferencia
Las elecciones congresionales son diferentes a las regionales, como es el caso de una gobernación, donde pesa mucho el nombre, el carisma y recordación del candidato.
En los comicios de Congreso vale la maquinaria y el equipo que soporte al aspirante; y la chequera.
Lo que se dice es que en promedio una campaña de Senado, sin aspavientos, está costando alrededor de tres mil millones de pesos; y una Cámara, mil millones.
Claro está que eso depende de lo que el candidato esté dispuesto a gastar o invertir para hacerse elegir. Hoy, hacer política en Colombia es muy costoso y, para colmo de males, el Huila se ha venido ‘costeñizando’.
Todo sufragio cuesta. Ya es común que un líder barrial hable con crudeza del CVY. (¿Cómo voy yo?) “El cálculo es que un voto vale aproximadamente 100 mil pesitos”, dijo un miembro de campaña consultado sobre el tema por LA NACIÓN.
No hay cama…
Y todo se hace más caro y complejo porque sólo hay espacio para 166 representantes, cuatro escaños son para el Huila, y 102 senadores. Quizás un cupo reducido para todos quienes aspiran a estar presentes en el Capitolio, en un periodo que puede ser determinante para la historia de Colombia.
La razón es porque el próximo Congreso Nacional tendrá la responsabilidad de debatir las principales reformas que arrojen los acuerdos de paz que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos alcance con la guerrilla de las Farc y el Eln. Por eso, muchos, como el senador Hernán Andrade, se han anticipado a llamarlo el Congreso del postconflicto.
“Será en el Legislativo donde se reglamente el marco para la paz, se fijen las reglas de la participación en política de la guerrilla, se discuta una verdadera reforma agraria, se garantice el ejercicio de la oposición política”, manifestó.
Va a ser un escenario constituyente, pues con un proceso de paz a la vista, todas las leyes que reglamenten los acuerdos a los que se llegue con las guerrillas tendrán que pasar por el Capitolio Nacional, vaticina el senador conservador.
Además, “el Congreso se deberá ocupar de las reformas que en los últimos años se han convertido en la asignatura pendiente, como las reformas a la justicia, la salud y la educación”, según el liberal Rodrigo Villalba.
Lo mismo de antes…
A la luz de las listas que inscribieron los partidos políticos y los grupos significativos de ciudadanos, el próximo Congreso que se perfila habrá de todo. Desde de figuras de talla presidencial, la clase política tradicional, herederos de clanes políticos, y pocas figuras renovadoras.
En el caso del Huila, se podría contemplar una renovación de la representación de las cuatro credenciales en Cámara. En busca de las credenciales se matricularon 28 personas en siete listas. Hay actuales congresistas que no buscan repetir, otros que están debilitados y hay nombres cogiendo fuerza en los sondeos de opinión, lo que hace prever un vuelco en la conformación, que deberá formalizarse en las urnas porque las elecciones no se ganan en el papel ni en las encuestas.
El único de los actuales representantes que no quiere repetir es el liberal Luis Enrique Dussán, quien aún no revela qué está pensando para su futuro. Quieren reelegirse la liberal Consuelo González y los conservadores Carlos Augusto Rojas y Silvio Vásquez, aunque no se descarta que se unan para mejorar las posibilidades de coronar una curul.
Dentro de las figuras nuevas están la conservadora Gladys Canacué, que puntea las encuestas de preferencias; el liberal Sergio Younes, que aspira por La U, también bien rankeado; la ex diputada Flora Perdomo, liberal, por Un Huila Mejor; el delfín Jaime Lozada, de Integración; y el ex alcalde de Pitalito Carlos Arturo Giraldo, que se trasladó de los verdes a La U.
Y políticos de tradición como Orlando Beltrán Cuéllar en procura de reencaucharse en la lista ‘salpicón’ con el apoyo de una parte del sector agropecuario; el liberal Héctor Javier Osorio, que busca regresar pero bajo la cobija de las toldas de La U; y Liliana Vásquez, esposa del ex gobernador Jaime Bravo Motta, inhabilitado, quienes de azules pasaron a La U.
Sin menospreciar a ninguna persona o a los demás movimientos no tradicionales, en el escenario no habría quien tuviera el músculo suficiente para dar una sorpresa.
Hay aspiraciones que generan expectativas, pero hasta ahí…El Huila, en materia electoral, es Frente Nacionalista, de azules y rojos.
Senadores repitentes
En materia de Senado quieren repetir los actuales miembros. Por La U, Jorge Eduardo Géchem, quien acaba de mejorar las apuestas al reconciliarse con Cielo y Carlos Julio González Villa.
Hoy, La U, es la primera fuerza electoral en el departamento. Por el Partido Liberal, Rodrigo Villalba, un político de peso, tradición y que contará con el respaldo de la maquinaria de la Gobernación.
Y los conservadores Hernán Andrade, que quiere convertirse en el jefe político de su partido en el Huila, y sacar una alta votación nacional para luego acceder a la presidencia del Directorio. Andrade ha manifestado, pleno de optimismo, que “estoy en mi mejor momento”.
Analistas dan por descontado que los tres antes mencionados casi que tienen asegurado regresar al Legislativo. La duda es Carlos Ramiro Chávarro quien ha venido patinando sobre su futuro y sólo las fuerzas de las circunstancias lo convencieron de ir por la reelección.
Además, no es secreto que Integración atraviesa difíciles momentos, pero no hay que olvidar que es una colectividad que se hace contar cuando aparecen los grandes retos.
Tal vez la novedad sería el garzoneño Ernesto Macías, ubicado en el escaño 15 de la lista cerrada del Uribe Centro Democrático, movimiento que sin lugar a dudas se llevará una alta votación del departamento.