La Nación
Radiografía de un malvado 1 3 mayo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Radiografía de un malvado

¿Quién es un malvado? Alguien que perjudica a los demás; el que maltrata al otro con alevosía; el que busca dinero a toda costa, pisoteando todo principio y por ende, pisoteando los derechos de los otros. El malvado es aquél que actúa con conducta dolosa, en términos jurídicos; es aquél que se ensaña haciendo el mal, afectando el bien común; malvado es aquel que se toma la justicia por sus manos, resultando juez y parte. Malvado es el cínico que tiene el descaro de proclamarse bueno, cometiendo con descaro toda clase de atropellos a los otros con el fin de lograr sus propios intereses: políticos, económicos, religiosos, sociales, académicos, etc.

El malvado engaña a todo el mundo. ¿Cuál es el secreto de su “éxito”? El engaño, la mentira. ¡Qué descarado, siempre se cree inocente! Los malos son los otros. El malvado es tan desvergonzado que se siente perseguido siendo él (ella), la honestidad encarnada. El mal nunca se presenta como un mal; el mal se presenta como un bien; ¡eh ahí el secreto de la maldad! El demonio siempre se presenta como un ángel de luz. Lo grave es que los honestos, se dejan envolver por el malvado. A los honestos les digo: no basta ser buenos en este mundo sucio, hay que ser astutamente buenos para no dejarse enredar por el malvado. ¡Cuántos inocentes caen por ingenuos! ¡Qué pena! O, también por ambiciosos. Por favor no se deje deslumbrar por el poder económico, político, social, etc., del malvado. Huya del malvado, éste puede ser el comienzo de su desgracia. No ensucie su honra haciendo negocios con el malvado; un día lo traicionará. El malvado es como un encantador de serpientes, con su música “suave” adormece al honesto y en su letargia, lo explota y lo deja en la más cruel postración. El malvado no conoce ningún principio moral; cuando habla de moral es para que la apliquen los otros. ¡Lástima que haya tantos tontos que se dejan creer! ¡Cuidado! Apoyar al malvado no es solidaridad, es complicidad. En el colectivo social y cultural, infortunadamente, hay una especie de complicidad con el malvado, se le siente compasión cuando se aplica algo de justicia.

Pongo un ejemplo: un raponero le rapa la cartera o la bolsa del mercado a la señora; si alguien la defiende, éste es calificado con los más terribles improperios. ¿Qué pasa? ¿Por qué la gente se solidariza con el victimario y no con la víctima? ¿Será que en todos se ha metido el colectivo de los derechos y se han olvidado los deberes? El malvado se presenta como una persona “buena”, por eso logra sus objetivos; soba a la víctima y después la masacra. ¡Ah! Hay tanto bandidos que deambulan por las calles, salas y cocteles y por dentro son lobos rapaces; se presentan como lobos vestidos con piel de oveja. El malvado nunca se siente culpable; es más, muchas veces se presenta como víctima. ¡Cuídese del malvado!