Con el firme propósito de encontrar mejores oportunidades y dejando atrás la vida en el campo, Con el firme propósito de encontrar mejores oportunidades y dejando atrás la vida en el campo, Luz Amina Alarcón llegó a Neiva hace cuatro años. Hoy, trabaja en las noches en un puesto de comida corriente cerca a La Estación del Ferrocarril y desde allí lucha por sus sueños. MARIO PORTILLO LA NACIÓN, NEIVA Hace cuatro años Luz Amina decidió abandonar su finca en Suaza (Huila) y emprender un viaje a Neiva en busca de mejores oportunidades para ella y su familia. En la urbe, la mujer se ha enfrentado a duros retos, pero la constancia y el anhelo de sacar adelante a su hija, la han mantenido firme, noche tras noche, en el puesto de comidas que atiende en La Estación del Ferrocarril. Fueron varias las razones por las que Luz Amina, actualmente con 27 años de edad, decidió dejar su natal Suaza y desplazarse a la ciudad. La decisión no fue fácil, pero hoy en día la mujer lo cataloga como la mejor determinación para su vida. “Vivía en Suaza con mis papás y mi hija, soy madre soltera. Allí trabajaba en las labores de la finca, eran jornadas de trabajo pesado, como es en el campo. Un día me planteé la opción de vivir en la ciudad y no fue una decisión fácil, porque me implicaba muchas cosas, pero finalmente lo hice y llegué a Neiva”, comentó Luz Amina. La llegada a la ciudad no fue fácil, pues las oportunidades que la mujer había pensado para un mejor futuro se tornaban escasas. De esa manera y después de buscar empleo por varios meses, Luz Amina encontró un primer trabajo. “Después de buscar empleo varios meses, empecé a trabajar en casas de familia. Me tocaba hacer el almuerzo y las tareas domésticas. En realidad no era un trabajo tan fácil, porque es mucho el oficio que se hace en una casa y el pago no es tan bueno, pero fue la primera oportunidad que se presentó y empecé”, expresó la mujer. Nuevo rumbo En esas tareas, Luz Amina trabajó durante un año y tres meses, luego de esto se le presentó el chance de cambiar de empleo y la mujer lo aceptó, sin embargo no dejó de lado el trabajo en casas de familia, pues tenía metas claras y era consciente del esfuerzo extra que debía hacer para llevarlas a cabo. “Se presentó la oportunidad de trabajar acá en el puesto de comida de La Estación, no era una cosa sencilla pero era otra opción que se presentaba para tener mejores condiciones. Entonces acepté y como era en las noches, de día seguí trabajando en casas de familia”. “Lo hice así, porque debía responder por la comida, el arriendo y el estudio de mi hija, y pues yo pienso que desde que haya trabajo, uno debe estar ahí. Ya completo con este ritmo de vida tres años y a veces es duro, pero estoy convencida de que trabajando es que se consiguen las cosas”, agregó la mujer. Luz Amina es empleada en un puesto de comida corriente, en el que noche a noche atiende a cientos de neivanos que acuden en busca de un caldo o un servido de carne. “Trabajo de 6:00 p.m. a 12:00 p.m., me corresponde atender el negocio y pues al principio me daba pena atender a la gente, porque uno venido del campo es difícil acostumbrarse a la ciudad. Sin embargo, después de un tiempo la pena pasó y ahora todos los días trabajo con entusiasmo”. “Con buena disposición las cosas salen mejor, acá vienen los clientes y se sienten bien atendidos y la comida es rica. Hay días que a las diez de la noche ya se ha vendido todo, otros días no es tan bueno, pero gracias a Dios siempre se vende todo”, manifestó. Expectativas y logros Por medio de su trabajo, Luz Amina ha alcanzado una estabilidad para ella y su familia, pero también se ha puesto nuevas metas. “Este trabajo y el de casas de familia me permiten pagar un arriendo en el barrio San Jorge, la comida, la educación de mi hija y todo lo demás, que a veces es duro es verdad, pero toca hacerlo”. “Mis logros son conseguir una casita, terminar de darle la educación a mi hija y pues tener más estabilidad. Por ahora no pienso cambiar de trabajo porque esto es lo que me ha dado para comer los últimos años y acá estoy bien. Me gustaría más adelante tener un negocio propio, pero por ahora toca trabajar”, expresó la mujer. Resistencia Como lo indica Luz Amina, los últimos años no han sido fáciles para ella, pero a punta de tenacidad y resistencia ha logrado salir avante. “Las dificultades nunca faltan, al igual que los problemas pero la vida me ha enseñado a seguir adelante y además es mi deber. Yo creo que de la mano de Dios y haciendo las cosas bien uno puede triunfar en todo lo que haga”. “Yo le diría a todas las mujeres que se esmeren por salir adelante, que no se queden dependiendo de un hombre, sino que triunfen solas y más si tienen hijos. A mí como madre soltera me ha tocado duro, pero ahí voy con mi hija, las mujeres somos capaces de salir adelante, cueste lo que cueste”, finalizó. Fotos Mario Portillo 
Luz Amina es empleada en un puesto de comida corriente, en el que noche a noche atiende a cientos de neivanos que acuden en busca de un caldo o un servido de carne. 
La amabilidad y el trato ameno con los clientes es una premisa de primer orden, que la mujer pone en práctica en su trabajo.
