La Nación
COLUMNISTAS

Un académico a la Supersociedades

La llegada de un académico de la talla de Francisco Hernando Reyes Villamizar a la Superintendencia de Sociedades es, cuando menos, un refresco oportuno para la entidad, para sus equipos de profesionales y para las empresas del país. Hacía un buen tiempo que en la Supersociedades no estaba al mando un alto académico del derecho societario; tal vez desde las épocas de Jorge Pinzón Sanchez, por allá a finales del siglo XX. Pero ahora, con la ventaja que Reyes Villamizar no solo es un buen académico sino una persona de buen trato y de fácil acceso, como también debe ser un superintendente, que tiene que saber oír, y saber hacerse oír.

Quien conoce a Francisco Reyes en una charla sobre sociedades se imagina que es un nerd de aquellos…mitad jarto y mitad impotable; pero nadie imagina, por ejemplo, que es un excelente rockero. Además, del más rockero de todos los instrumentos: la batería. Algunos funcionarios de la súper que lo conocen, como Martha Cecilia Barrero, dicen que tiene montado en su casa un impresionante kit de baterías, con las que se relaja cada vez que sus temas “serios” le dan espacio.

Francisco Reyes Villamizar es abogado de la Universidad Javeriana, reconocida buena escuela del derecho comercial en Colombia, pero además cuenta con una Maestría de la Universidad de Miami y un doctorado de la Universidad de Tilburg; y tiene 25 años de experiencia en el manejo de los temas que ahora vuelve a enfrentar, pues ya estuvo encargado de la superintendencia de sociedades algunos meses, turbulentos, en los tiempos de Ernesto Samper.

El nuevo “Súper” no es un académico común y corriente. Digo, de los que conocen un tema a profundidad y lo manejan a las mil maravillas frente a auditorios exigentes. Reyes Villamizar ha ido más allá, pues ha sido el impulsor en Colombia de figuras societarias realmente novedosas y retadoras.

Lo cierto es que sus propuestas han funcionado, al punto que hoy en día la figura societaria más recurrida es la de sociedad por acciones simplificada. La última vez que compartí con el Dr. Reyes Villamizar fue cuando viajamos a Guayaquil en 2010, invitados por el colegio de abogados de esa ciudad a unas charlas sobre la experiencia de las SAS en Colombia. De la que me quedó la sensación que la propuesta era tan revolucionaria que los expertos ecuatorianos no la lograron digerir. Ahora a Reyes Villamizar le toca, irónicamente, vigilar su propio invento, pues la ley 1258 de 2008 que creó las SAS, le otorga a la Supersociedades facultades especiales para supervisar su evolución y comportamiento.