El pacto entre Hugo Chávez y Gustavo Petro que comenzó a erguirse al final de los años noventa, generó un impacto histórico que hoy tiene a las naciones que los vieron nacer, frente a una crisis que ha impulsado la inmigración de la tercera parte de la población venezolana y un récord de inmigrantes colombianos, debido a las malas decisiones y sometimientos por parte de Nicolás Maduro en Venezuela y el PETROCESO en Colombia, país que alcanzó en octubre de 2022 a albergar, según un estudio realizado por la Universidad del Rosario, el 39% de todos los inmigrantes venezolanos en el mundo.
No obstante, el primer declive de la población venezolana en Colombia comenzó con el post triunfo de Gustavo Petro que, al igual que millones de colombianos, indujo a abandonar el territorio nacional, por temor a vivir la realidad de la nación vecina. En pocas palabras, el miedo alcanzó niveles cuantificables.
Lo advertimos desde la candidatura de Gustavo Petro a la presidencia, que de llegar el petrismo a la Casa de Nariño, esta iba a terminar siendo un circo barato en donde los payasos son dirigidos por un mimo; y así resultó, hoy el país tiene un presidente que al mejor estilo de los mimos, cuenta con una gran capacidad teatral y lo único que ha logrado es imitar las malas decisiones del régimen de Venezuela.
El impacto de las multitudinarias marchas del pasado domingo en contra del gobierno de Gustavo Petro, a pesar de haber sido ilegítimas para él, dejó entrever que quienes marcharon no fueron esa “clase dominante”, compuesta por los cuatro mil ricos del país quienes supuestamente iban a ser los únicos afectados por su reforma tributaria e incremento en el precio de la gasolina para poder tranquear sus camionetas; sino muy por el contrario, colombianos trabajadores que cambiaron el día de descanso en casa con sus familias, por salir a cumplirle a la patria.
Muestra de lo anterior, es debido a que la marcha en vez de dejar sin ventas al comercio a causa de los cierres programados por vandalismo, como sí ocurre cuando salen a marchar los mamertos, este pasado domingo los negocios en todas las áreas de bienes y servicios, tuvieron un incremento en sus ventas a casusa de que muchas familias, terminada la marcha, aprovecharon para almorzar y hasta para hacer compras.
Colombia necesita menos paz total y más defensa nacional, orden para la libertad y estabilidad para empresarios en vez de persecución. Como colombiana y Senadora alzo mi voz y agradezco a cada una de las personas que salieron a marchar.
Presidente, con Venezuela compartimos los mismos colores en la bandera, pero en Colombia cantamos el himno diferente.