La Nación
¿Y después de la marcha qué? 1 4 mayo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

¿Y después de la marcha qué?

Petro no ha llegado a la mitad de su mandato y da la impresión de que está acabado. Lo peor para todo el país es que seguirá en caída libre dado que el cargo lo sobrepasa y su soberbia lo tiene absolutamente enceguecido.

Su entero gusto por el odio, la violencia, la polarización, la mentira, ha producido hastío y repugnancia en una parte importantísima de la opinión pública que prefiere el ejercicio del poder mediado por las instituciones, el imperio de la ley, la moderación y la gestión pública sin sobresaltos.

Se le ve solo, derrotado y aislado. Explotó, incontroladamente, la coalición del establecimiento que lo acompañó en campaña y pensó, según él, que iba a ser muy fácil amedrantar al Congreso agitando la presión popular y utilizando a una parte de la población como si de una guarda pretoriana se tratara.

Pensó que desde el antiguo Twitter (hoy X) podía hacer la misma tarea a la que se ha dedicado toda su vida cual es hostigar a quienes no creen, ni en la lucha armada, ni en el populismo autoritario.

Se ha aferrado a su narcisismo y egolatría ante el evidente fracaso como improvisado hombre de Estado y de espaldas a la realidad, ignora y subestima lo que una parte muy significativa y mayoritaria del país le está diciendo.

Su respuesta a la marcha del pasado domingo ha sido desalentadora porque ha descalificado, desconocido y etiquetado de “derecha” o de “enemigo del cambio” a quienes nos oponemos en democracia y a quienes salieron a las calles por el simple hecho de no simpatizar con el radicalismo y la violencia que él representa.

Ahora sale a victimizarse a pesar de que viene de las filas de la guerrilla y que, una vez desmovilizado, ha continuado asediando brutalmente a los gobiernos que no han sido complacientes con la lucha armada y la guerra subversiva so pretexto de “la paz”.

No se puede olvidar que Petro es uno de los responsables directos de que el país se haya ido por el abismo de la polarización, pues, siempre ha jugado a la táctica “amigo/enemigo”. Venir a victimizarse le resulta abiertamente ridículo porque debería asumir con entero valor lo que él mismo ha desatado. Tal como lo expliqué en este espacio, “Siembre odios y (…)”

Si fuera tan sapiente como dicen sus aduladores, la respuesta debería ser contundente y clara: gobernando, administrando y ejecutando. Pero, lamentablemente, así no será. Petro seguirá siendo el mismo Petro de siempre: sedicioso agitador, irresponsable polarizador, negligente y abúlico “administrador”.

Lo malo de la marcha es que Petro como no cuenta con recursos imaginativos de gobierno, ya anunció que viene su contra marcha, la del 1 de mayo. Y en esto, va a agotar lo que le queda de mandato y entregará el país totalmente descuadernado, tal como solía decir Carlos Lleras Restrepo.