La Nación
EDITORIAL

Víctimas

No es que las víctimas no hubiesen sido ya reconocidas en la mesa de conversaciones de La Habana; el punto 5 del “Acuerdo General para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”, firmado en agosto de 2012, había señalado que resarcir a las víctimas está en el centro del acuerdo entre el Gobierno Nacional y las Farc, y que en ese sentido en las discusiones se tratarán los Derechos Humanos de las víctimas y la verdad. Por ello, y para no incurrir en apresuradas campanas al vuelo, es dable decir que la declaración de principios emitida ayer por las partes es eso, una definición concreta de cómo se abordará la cuestión y qué enfoque tendrá; por lo tanto no existe –hasta el momento– un acuerdo final o siquiera parcial respecto de las víctimas.

Entonces, revisando la letra menuda, veamos lo realmente interesante del comunicado conjunto emitido ayer para abordar el punto 5: que las víctimas de graves violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario en el conflicto tienen derecho a la verdad, la justicia, la reparación y a las garantías de no repetición. ¿Solo las víctimas de “graves” violaciones? ¿Qué es grave y qué no lo será?

Que es necesario reconocer a todas las víctimas del conflicto, no solo en su condición de víctimas, sino también y principalmente, en su condición de ciudadanos con derechos. Un texto algo ambiguo puesto que lo que importa es su condición de víctima; si lo no soy, en todo caso como ciudadano gozo de derechos. Muy importante es el “reconocimiento de responsabilidad”, que será el meollo de todas las discusiones que sobrevengan en torno a este punto; y que no habrá “intercambio de impunidades”, lo que indica que se revisará el caso de todas las víctimas y, por lo tanto, a todos los victimarios.

Notable, como se había exigido desde cuando comenzaron las conversaciones, que se garantice la participación de las víctimas; inicialmente recibirán a una “primera delegación de víctimas con el fin de presentar sus propuestas y expectativas sobre la construcción de paz en los territorios y sobre la satisfacción de los derechos de las víctimas (a la verdad, la justicia, la reparación) incluyendo las garantías de no repetición”. Sin embargo, no parece claro porqué los tres elementos sustanciales con que se satisfacen los derechos de las víctimas: verdad, justicia y reparación, los negociadores los incluyeron entre paréntesis, como si los dejaran en suspenso o aún no los reconocieran plenamente. Y vendrá también la discusión de quiénes y cómo representan a las víctimas, de cuáles bandos, escogidos cómo, en qué número.
Habrá foros sobre víctimas en Villavicencio, Barrancabermeja y Barranquilla. Ahí también se cuestionará porqué en esas y no en otras ciudades cuyos territorios han sido mucho más protagonistas del conflicto que las escogidas.

Sin desconocer que es un avance porque se acordaron principios más detallados hacia las víctimas, las reales discusiones están por comenzar.

“Es necesario reconocer a todas las víctimas del conflicto, no solo en su condición de víctimas, sino también y principalmente, en su condición de ciudadanos con derechos”

Editorialito

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