Cuando era niña la gimnasia fue su deporte favorito. Pero por cosas de la vida, el canotaje terminó siendo el deporte que hasta ahora le da dado todo. Este es el caso de Karen Tovar, una joven deportista de 17 años que terminó siendo la gran sorpresa de Bolívar 2019.
Jhoan Sebastián Salazar
“La vida da muchas vueltas”, es una frase que cotidianamente escuchamos de familiares, amigos, conocidos, etc. Este es el caso de Karen Tovar, una joven deportista de 17 años que por cosas de la vida terminó practicando el canotaje, decisión que terminó siendo acertada.
Ella es oriunda de Neiva, capital del Huila. Es la menor de cuatro hermanos, hija de Leida Yaneth dorado y Teófilo Tovar. Sus padres trabajaban en la recolección de café en Algeciras, pero cuando tenía cuatro años llegaron a Neiva en busca de nuevas oportunidades.
Primer contacto con el deporte
A la edad de 5 años, Karen empezó a practicar porrismo, ya que le encantaba dar piruetas en el aire. Sin embargo, poco tiempo después terminó en un entreno de gimnasia. “El profesor de gimnasia Miller Rojas Vargas nos llevó a la liga de gimnasia. Yo llegue haciendo, por lo que le interesó y me preguntó si me gustaría entrenar gimnasia. Yo llegue a casa emocionada pidiéndole a mis papás que por favor me llevarán y así lo hicieron”, recalcó Karen. En esta disciplina fue una de las mejores, consiguiendo en ocho años más de 60 medallas.
Primer obstáculo
Cuando estaba en el mejor momento de su corta carrera, el deporte le colocó el primer obstáculo. Ella sufrió una rotura de ligamento colateral de la rodilla izquierda. “Me dijeron los médicos que no podía practicar más deporte dure 7 meses en recuperación pero mi rodilla se seguía saliendo”, remarcó.
En enero del 2017, séptimo mes de terapias la llevaron al gimnasio del Inderhuila para hacer fortalecimiento de la zona afectada. Allí conoció a Fredy Tovar, en ese entonces entrenador de canotaje en el Huila. “A él cual le comenté mi situación y me hizo la invitación a practicar canotaje”, afirmó.
Giro de 160 grados
Ese encuentro significó que Karen empezara una nueva aventura, poco conocida para ella. Su primera pasión fue la gimnasia, pero por cosas de la vida no pudo seguir entrenando. Al principio comenzó tomando el canotaje como hobby o pasatiempo, pero a medida que fue pasando el tiempo, la historia comenzó a cambiar. “En julio de 2017 tuve mi primera competencia en canotaje y conseguí 3 medallas de bronce y dije esto es para mí y si llevo tan poco y lo logré puedo lograr cosas mejores”, dijo.
Cambio de aire
En 2018, a la liga de canotaje llegó la profesora Andrea Narváez. En algunas oportunidades los cambios afectan el desempeño de los deportistas, pero en este caso fue completamente diferente.
“Llegó 100% dedicada a llevar mi proceso a otro nivel. Ahí empecé a sentir mejorías en torno a mis tiempos, mi fortaleza y mi mentalidad, no solo fue mi entrenadora si no como una madre una mejor amiga y una compañera de aventuras. Tuve una competencia en junio en Paipa, Boyacá, llegué pisando fuerte y conseguí 4 medallas de oro y 3 de plata. Luego en senior en noviembre fue la competencia en Guatapé y también excelentes resultados está vez 2 de oro y 2 de plata”, expresó.
A partir de allí nación una hermandad entre profesora y alumna. “Hubo muy buenas sensaciones así que decidimos entrenar para juegos nacionales”, actuación que terminaría siendo una de las mejores del departamento.
Juegos Nacionales
“En Juegos Nacionales no me lo creía, pero sabía que había trabajado muy fuerte para este objetivo, sabía que tenía mucho por dar y demostrar. En los 500 mtrs en la c1 quedé cuarta pero descalificaron la chica que había quedado tercera por error de un compañero. Pero el día siguiente fue de felicidad infinita ya que pues en ese momento dices llevo 2 años en esto y estoy contra chicas que llevan 8 años o más entrenando porque a juegos solo va el mejor de cada departamento en canotaje. Juré entregar lo mejor de mí y gane el bronce de los 200 metros ya en mi pecho llevaba 2 medallas de Juegos Nacionales, lo cual fue gratificante para mí”, afirmó.
Triste adiós
Luego de esa brillante actuación en juegos, a Karen le llegó una propuesta de Boyacá, la cual aceptó sin pensarlo. “Acepte terminando juegos nacionales porque sabía que tenía un mejor apoyo y mejores oportunidades de continuar mi carrera deportiva”, expresó. Desde inicios de año está en un mejor departamento, el cual brinda más apoyos y lo más importante, espacios donde entrenar el canotaje.
“Es triste haber dejado mi familia mi tierra y todo lo que más quería pero por la falta de apoyo del departamento tome la decisión de buscar nuevos rumbos y mejores oportunidades porque sabía que si seguía en el departamento del Huila no iba a crecer deportivamente por la falta de recursos deportivos, pero agradezco la oportunidad que me dieron porque gracias a eso me di cuenta que tenía talento y podía salir adelante por medio del deporte”, finalizó Karen.