Albeiro Castro Yépez
Por más de dos décadas los ortodoxos de la cultura han debatido con los reinologos del bambuco sobre el significado, valor y prevalencia de las tradiciones culturales de los huilenses frente al reinado del bambuco en sus diferentes ámbitos, sin que se hubiese podido lograr una conclusión de fondo; hoy el coronavirus actuó como juez demostrando que el reinado se puede aplazar, pero la fiesta no.
Veamos, si bien, el reinado del bambuco en un principio fue una iniciativa de la comunidad pronto el gobierno departamental asumió su organización, financiación y operación, advirtiendo que posteriormente los 37 municipios del Huila siguieron su ejemplo, posteriormente cuando los gastos se desbordaron, el gobierno acudió al sector privado para soportar la realización del evento, y recientemente se trabaja para que vía comercialización se releve al Estado de este pesado compromiso. El reinado como tal, desde un comienzo se programó para realizarse en las solemnidades de San Juan y San Pedro, pero la Ley Emiliani logró el primer aplazamiento, ajustando la programación al tiempo determinado en lo que, popularmente se conoce como el puente festivo de julio, y hoy, ante la calamidad derivada del coronavirus el reinado se posterga sin problema para octubre, en conclusión, el evento se puede realizar en cualquier momento.
Con la fiesta no ocurre lo mismo, pues, el solsticio de junio seguirá ocurriendo entre el 20 y el 22 junio, en la misma época en la que, las comunidades prehispánicas del valle alto del río Magdalena le rendían culto al sol a través de la celebración de rituales espirituales, ofrendas, música y danzas, actividades a las que también se asociaban la ingesta de exquisitas viandas y espirituosas bebidas, para concluir la celebración en el compartir del río. Evento que luego, durante la conquista, poblamiento y colonia se sustituyó por la celebración solemne de las fiestas en honor a los santos Juan el Bautista y Pedro, fiestas que continuaran inmodificables los días 24 y 29 de junio, días que seguramente muchas opitas aprovecharan para preparar su asado consumiéndolo bien en familia o tunando con amigos y compadres. Seguramente en estos tiempos de desesperanza la fe renacerá, y la celebración eucarística prevista en la fiesta real y marchitada por el reinado, será nuevamente el centro de la fiesta, pues algunos dicen haber escuchado el afinamiento de la séptima trompeta en cercanías a la quinta colina, luego es tiempo se espiritualidad, recogimiento, fe y devoción, San Juan y San Pedro nuevamente el centro de la fiesta. Desde luego, otros muchos, continuaran con la ritualización en honor al sol, una fiesta popularmente conocida como el Inti Raymi. En suma, unos y otros a celebrar a su manera en compañía de su familia.