La Nación
Aprendamos de las abejas 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Aprendamos de las abejas

Froilán Casas Ortiz

Obispo de Neiva

El tema me lo ha inspirado la pasada tertulia del Botalón cuyo tema fue: Las abejas, clave para la existencia humana. ¡Atento! Sin las abejas se extinguiría la vida humana. La naturaleza es la mejor escuela, el mejor laboratorio de la ciencia, el conocimiento y la sabiduría. Dios todo lo creó perfecto, las leyes de la naturaleza son perfectas. Cuando el hombre cambia el orden de la creación se está destruyendo. Pregunto: ¿el COVID-19 es consecuencia de una mutación biológica o es un mal manejo de la investigación en laboratorio? Pues bien, volvamos a las abejas: ellas nos presentan la organización más perfecta. Todas trabajan por una causa común, no hay egoísmo o protagonismo entre ellas. Cada una juega un papel muy importante, no hay competencia entre ellas, la competencia es la causa común de hacer su tarea de la mejor manera posible. Es decir, ellas trabajan en perfecto equipo; incluso los llamados zánganos tienen un papel muy importante: proteger a la reina y fecundarla, ésta pone millares de huevos ya fecundados y genera la vida en la colmena. Las obreras salen a buscar alimento que será trasformado en miel, polen, jalea real, propóleo y apitoxina. Todos estos productos son consecuencia del trabajo en equipo. Los zánganos no son tan zánganos, ellos son los machos que fecundan a la reina para que los millares de huevos que produce la reina, se conviertan en larvas y éstas en obreras y zánganos. Las abejas obreras no viven vociferando contra los zánganos porque “no trabajan”; ellas saben que cada uno tiene una tarea dentro de la “sociedad”. ¡Cómo es la vida! Los zánganos “no trabajan”, pero son los que más comen. ¿Quién les provee de alimento? Supuestamente las que más trabajan: las obreras. ¡Qué tal que me metiéramos un sindicato a la colmena! Pues adiós colmena. Aquí el concepto de zángano no es sinónimo de perezoso, el zángano juega un papel vital en la colmena. Realmente en la colmena no hay ningún zángano en el sentido cultural del término. Por el contrario, todos los habitantes de la colmena trabajan. La causa es común. El orden, la disciplina y el trabajo en equipo es el secreto de la vida de la colmena. ¡Qué tristeza constatar cómo es el ser humano! Como decía Thomas Hobbes en El Leviatán: “El hombre es un lobo para el hombre”. ¿Por qué donde está el hombre hay conflicto? ¡Ah, la miseria humana! Pareciera que la buena vida cansa y la mala amansa. ¿En qué sociedad no hay conflictos? Todo por la avaricia, la soberbia y la mezquindad humanas. ¡Qué complicados somos los seres humanos! Por nuestra ambición, orgullo y protagonismo nos cuesta mucho trabajar por una causa común. Por favor: aprendamos de las abejas.