La Nación
Democracia en riesgo 1 26 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Democracia en riesgo

Jorge Fernando Perdomo

En reciente entrevista al Diario LA NACIÓN, el Procurador General Carrillo, advirtió que “El mundo nunca volverá a ser como antes y la democracia puede ser una víctima más”.

Pero ese vaticinio que comparto plenamente, no será consecuencia exclusiva de la catástrofe sanitaria, económica y social generada por la covid 19, sino por el fracaso del modelo económico, que permitió que la pobreza, la  desigualdad y la corrupción, minara la confianza de los ciudadanos en las instituciones, facilitando que muchos de los problemas sociales quedaran en evidencia y resultaran  magnificados por la pandemia. Mientras el hambre empeora, la desconfianza se agiganta, la corrupción hace fiesta.

Hoy, según varias encuestas, solo la mitad de los latinoamericanos apoya la democracia, pues la identifican como el camino de la desigualdad, lo que desembocará en un inexorable y fatal destino: el populismo y la autocracia.

En Colombia, la crisis de la democracia se ha venido acentuando por el aumento de las desigualdades, donde el establecimiento, con sus políticas económicas, torpemente se ha esforzado por agravarla, incrementando la pobreza hasta límites insospechados y aprobando en actitud retadora, de manera recurrente, reformas tributarias que golpean la clase media y otorga beneficios exhorbitantes a los grandes conglomerados.

El otro aspecto que afecta la confianza en la democracia es la corrupción, la cual se ha convertido en paisaje y lugar común y como la llamara Carrillo “una reconocida enemiga que hoy pareciera más mortal que ayer”.

En un país donde la  corrupción es tolerada, sin sanción social y sin castigo oportuno y ejemplar de los entes de control, casi que nos acostumbrábamos y la tolerábamos, tanto que el ex presidente Turbay, diseño una estrategia de gobierno, para tratar de reducirla a sus justas proporciones. Todavía no se si justas proporciones son las que hoy soportamos.

Pero en esta crisis, donde la gente, día a día se levanta a revisar si hay algo para comer, genera ira e indignación que un sector de la clase política trate de aprovecharse de estas circunstancias para enriquecerse.

Mucha gente morirá de hambre durante esta pandemia, pero también estará muriendo la democracia que ha sido defraudada por unos partidos políticos que con bajísima aceptación popular, han sido incapaces de reinventarse, de construir un nuevo pacto social, donde las desigualdades resulten tolerables, para que esta sociedad fragmentada no se dirija hacia la desintegración total.