La Nación
COLUMNISTAS

Ecos ecológicos. Por Jorge Luís Salcedo R.

Ventana médica Hay cosas que a veces nos dan mucho “coraje”, como dice nuestro Presidente Santos; dentro de esas está la pesca indiscriminada de delfines, que hacen los japoneses en su territorio. En un programa que vi hace menos de una semana en National Geographic se mostraba como unos conservacionistas trataban de luchar para evitar una pesca sangrienta. Yo nunca había visto un mar ensangrentado, ni me lo imaginaba, pero los japoneses en ese sentido son fríos, sin corazón y calculadores; tal vez por eso la misma naturaleza también se ha encarnizado con ellos, quienes no muestran compasión alguna con especies que están a punto de exterminar. Nuestro gobierno anterior  el de los “tres huevitos” y quien nos ha creído igualmente …ones, firmó un tratado con Japón para no proteger las ballenas, quienes son otras especies en vía de extinción. Sólo bastaba  que Colombia no apoyara esa pesca de ballenas y Japón tendría que aceptarlo a nivel mundial. Pero con eso de los manejos por debajo de la mesa de algunos milloncitos de dólares como “préstamo”, donación o colaboración estratégica fue suficiente para persuadir a Uribe, quien no le tembló la mano para firmar. Por eso mismo Uribe fue perdiendo respeto de parte de muchos compatriotas que no solo pensamos en que la seguridad lo es todo. Necesitamos cuidar nuestro medio ambiente. Pues, ¿para qué buscar ganar la batalla a los narcos, guerrillos y otros, si ni vamos a tener un planeta y un país para disfrutar, ni vamos a tener una reserva alimenticia equilibradamente explotada en los lechos marinos? Hace dos días me enteré que solo quedan 100 delfines de una raza muy pequeña que le dicen pigmeos. Esto es aterrador. Ahora vemos que  los pescadores han alterado tanto el medio ambiente marino, que han llegado  al punto  en que en  el mar Pacífico,  ya hay  un gran desequilibrio marino, en donde las medusas y otras especies de esas familias, que no son alimenticias, se han incrementado peligrosamente en su población por falta de otras. La pesca industrial, no controlada, por ninguna entidad mundial ha llevado a que entidades particulares conservacionistas como Green Peace, estén luchando abiertamente en todos los océanos exponiendo sus vidas para salvar la vida marina. Ahora en el mundo hay otra serie de exterminadores pacíficos y se llaman los antí-taurófilos. Ellos no matan los toros de casta pero impiden que sean criados.  Yo no sé donde los van a mantener vivos si los ganaderos de lidia se ven obligados a cultivar papa en sus territorios o a criar otras especies. De pronto es  gente muy rica y tienen grandes latifundios para que dichos animales sean conservados. Aruz1950@yahoo.com