Gracias a la inteligencia militar se ha disminuido el accionar delictivo de los Comandos de Frontera en el sur del país.
Recientemente le fue propinado tres golpes en el que se destruyó más de una tonelada de explosivos equivalente a más de mil explosivos con los que atacan a la tropa y población civil, lo cual demuestra la clara violación a los derechos humanos y el derecho internacional humanitario.
Este resultado lo lograron los hombres de la Sexta División en una operación militar conjunta con la Armada de Colombia, coordinada con la Policía Nacional e interinstitucional con el CTI, donde encontraron en medio de la selva un depósito ilegal con 376 artefactos explosivos acondicionados para ser lanzados de manera hechiza por sistemas aéreos no tripulados tipo Dron.
Esta operación militar se registró en la vereda Alto Sinaí, en el municipio de Villagarzón, en el departamento de Putumayo. Hasta este lugar llegaron helicópteros de la Fuerza Aérea de Colombia y desembarcaron a soldados de la Vigésima Séptima Brigada Selva, junto a la Policía Nacional para llegar hasta el lugar donde estaba un depósito ilegal con artefactos explosivos, que presuntamente pertenecerían al grupo armado organizado residual Estructura 48 (GAO-r E48), los denominados Comandos de Frontera de la Segunda Marquetalia, quienes con estos medios improvisados hacían daño a la población civil.
En la operación militar se logró establecer que estos artefactos explosivos serían usados para atentar en contra la vida de las personas que habita en el departamento del Putumayo, así como a los miembros de la Fuerza Pública quienes llegan a la comunidad con progreso, durante el procedimiento no se presentaron capturas, ya que al momento de sentir la presencia de la tropa las personas que custodian este tipo de depósitos ilegales dejan todo para evitar la contundencia las Fuerzas Militares.