Luego del hundimiento de la reforma a la salud, el plan b del gobierno del Cambio comenzó a desarrollarse, pero como todo lo que han hecho hasta el momento, dan un paso hacia adelante y dos hacia atrás.
Se propuso la transformación de las EPS en gestoras, el mejor escenario para ellas, por eso al unísono la mayoría de ellas aceptaron esta transformación, ni bobas que fueran, pues con el cambio se les incrementa su retribución por sus servicios llegando a ser hasta el 8% y a su vez les quita el riesgo financiero, algo que permitía contener el gasto en salud, evitando desbordes que pusieran en aprietos el equilibrio fiscal del país. En resumen, las EPS simplemente se convertirían en unas entidades que afilian y contratan acorde con un manual tarifario, pero que no asumen ningún riesgo.
Al final no entendimos por qué si se consideraban tan malas se terminan premiando, dándoles más incentivos y quitándoles el riesgo financiero, situaciones más que cómodas para ellas.
El mayor de todos los riesgos es que el dinero se acabe antes de terminar el año y, por lo tanto, la prestación del servicio de salud se vea afectada por la falta de pagos a entidades prestadoras, llámese clínicas y hospitales, con el cierre de atenciones y la afectación a los pacientes. Es decir, no soluciona de fondo la problemática que vive el actual sistema.
Y por lo visto la semana anterior, cuando se publicó un manual tarifario en donde se maltrata, en términos de pagos, al personal médico, vienen por las IPS privadas y el personal de salud también en detrimento de su actividad, algo que suscitó el rechazo de todas las agremiaciones científicas médicas del país, obligando al Ministerio de Salud a recular y casi que pedir excusas por el despropósito de proyecto.
Pero no piensen que lo van a olvidar, este Gobierno viene por todo y es casi seguro que se afectará finalmente la remuneración de los médicos, presionando aún más el sinsabor por la incertidumbre que se vive y con ello motivando la fuga de muchos médicos y profesionales de la salud que buscan mejores oportunidades laborales en otros países con mejores condiciones, perdiendo esa fortaleza laboral que no se reemplaza de la noche a la mañana; en ocasiones dura hasta 15 años su formación especializada.
Seguimos perdiendo el tiempo de ver un cambio real en el actual Sistema de Salud que beneficie a todos, en especial a los pacientes, que reconozca la labor del personal de salud, y que mantenga el equilibrio financiero necesario para garantizar la atención. Sigue optando el gobierno del “Cambio” por un sistema estatizado, controlado por políticos y poniendo en riesgo la prestación del servicio a futuro; puede más su ideología que la capacidad de concertar y buscar soluciones de fondo porque al igual que con la reforma pensional que avanza actualmente en el Congreso, no es más que un paliativo para el gran cáncer que se padece.