La Nación
“Crecí con la Institución” 1 29 abril, 2024
NEIVA

“Crecí con la Institución”

Claudia Nayibe Joven nació hace 44 años en Neiva. Estudió Sistemas luego de graduarse de bachillerato en el año 1992 en el Colegio Departamental Femenino, donde las niñas estudiantes portaban uniforme de camisa blanca con “chochitos” azules y jardinera o delantal blanco, comparándolas a veces como enfermeras, recuerda. Con solo 21 años empezó a trabajar como secretaria del despacho de la comandancia de la Novena Brigada del Ejército Nacional.

Confiesa que entonces el mundo militar era totalmente desconocido para ella. El tema de los rangos y la propia jerga militar fue algo con lo que no fue tan fácil familiarizarse, pero lo logró gracias al apoyo que encontró en la institución. Es de las que cree que las cuestiones técnicas se van aprendiendo, pero la capacidad de entender y empatizar con otras personas es innata.

La famosa máquina de escribir “picapiedra”, como la llama, fue la primera herramienta de trabajo con la que se encontró al llegar, y la que la acompañó en su escritorio por casi cuatro años. Luego pasó a utilizar la máquina eléctrica que le ahorraba buena parte de tiempo, pero que sin embargo le obligaba a pasar tétricas horas de espera cuando se iba la energía porque no podían continuar trabajando. Por eso no las extraña, y bendice los cambios tecnológicos.

De eso ya hace 23 años, y sigue ahí firme al servicio de la Institución. Ha organizado la agenda de reuniones, llamadas, viajes, comidas, actos de representación, protocolo, de veinte coroneles que han pasado por este Comando. Todos ellos con temperamentos diferentes, pero a todos los recuerda con especial afecto, pues comprende que el cargo que desempeñan es de mucha responsabilidad. Simplemente ella se adapta a sus distintas formas de trabajar y cuenta con una buena dosis de psicología.

“Todos los días uno siempre se encuentra con algo nuevo, eso es lo bonito de mi trabajo, todos los días hay gente que necesita ayuda, y aquí estoy rodeada de profesionales con mucha calidad humana”, menciona Claudia.

 

Sexto sentido

La secretaria recuerda la época crítica que estuvo atravesando el departamento del Huila sitiado por la violencia de los atentados, los secuestros. Sintió entonces muchas veces la preocupación que le transmitía sus jefes y que la contagiaban de un ambiente de incertidumbre.

“Uno aprende a conocer al jefe, depende del estado de ánimo en que ellos se encuentren uno lidia con la situación, les pregunto siempre en qué les puedo colaborar, qué necesitan. Hay que tener un sexto sentido para saber a qué hay que dar prioridad”.

Le tocó presenciar constantemente y con tristeza el momento en que de los helicópteros bajaban los cuerpos de los militares muertos y heridos, cuando el helipuerto quedaba dentro del Comando de la Novena Brigada. “Estaba uno en las formaciones o en alguna otra actividad y al sentir el ruido de esas aeronaves que pasaban y hacían rondas, uno decía Dios mío algo pasó, o algo va a pasar. Esos tiempos ya no son de tanta presión, pero la amenaza en seguridad sigue, y no se puede bajar la guardia”, dice Claudia.

Le produce satisfacción que su labor le aporte al país, que sea un engranaje dentro de toda la cadena que hace el Ejército Nacional para poder cumplir la misión institucional.

“Adoro lo que hago, me siento súper bien con mi labor, todos los días doy gracias a Dios y me levanto con ánimo a trabajar. Siempre llevo todo al día, no he tenido llamados de atención porque no hice, o no presenté tal cosa”, precisa.

 

Fidelidad y amor al trabajo

Claudia Nayibe Joven entra puntualmente a las 7:00 de la mañana a desarrollar sus actividades y nunca sale a una hora fija, siempre surge algo que requiere de su atención.

Porta un traje diferente para cada día de la semana, que ya está establecido desde Bogotá por la Institución. A veces le dan opción de elegirlos con colores más claros de acuerdo al clima cálido de Neiva. Aun así admite que no le gusta que le impongan cómo vestir, pero que se ha acostumbrado a obedecer la orden.

Expresa que los que sí tienen las botas bien puestas, son todos aquellos militares que trabajan con pasión, con sentido de pertenencia por la seguridad de su país.

Su motor ha sido sin duda  sus dos hijos Julián de 22 años, Juliana de 16, y su esposo Suboficial en uso de buen retiro.

En esta fecha en que se celebra el Día de la Secretaria con la finalidad de honrar a todas aquellas mujeres que se esfuerzan día a día en su labor, ella dice sentirse orgullosa de trabajar para el Ejército. “Yo quiero mucho a la institución porque prácticamente yo crecí dentro de ella, llevo toda una vida sirviéndole, aquí conocí a mi esposo, formé mi hogar, mis hijos nacieron aquí en la institución, vivimos aquí adentro en casas fiscales cuando mi esposo estaba activo, permanezco mucho más tiempo aquí que en mi casa, acá están las personas con las que más comparto”.