La Nación
COLUMNISTAS

En voz alta. Por Luis Humberto Tovar Trujillo

Publica el Diario El Espectador, una entrevista al penalista para más señas, Iván Cancino, intitulado “Abogados somos presa fácil”, donde dice en voz alta, como me gusta a mí, muchas cosas de las que pasan a diario, sobre el quehacer y entorno del ejercicio profesional, que cobran aun, especial actualidad en la medida en que durante el año inmediatamente anterior y va a ser tema obligado de este, el tramite de la reforma judicial. Cualquier parecido es pura coincidencia. Expresa la existencia de mucho lagarto en el Derecho, “desde el más insignificante hasta el más elegante Lacoste”, habla del fracaso de la Ley de Justicia y Paz, creó una fundación Puniendi para defender a los Abogados, de pronto me va a tocar acudir, ya que a los abogados se “nos amedrenta con disciplinarios, se nos investiga de manera injusta, se nos confunde con la persona a quien defendemos” entre otras razones, yo agregaría, se nos denuncia hasta por nuestras opiniones, de pronto este escrito, puede dar lugar a otra más, para amedrentarme, en mi caso particular, pero no va a ser así, pierden el tiempo. El paramilitarismo y el narcotráfico indirecto deben existir como la calumnia y la injuria indirecta, y de paso, hacer parte de esas asociaciones para delinquir, no se voy a investigarlo, confieso, no soy penalista, aunque fungí como Juez penal,  hace mucho tiempo, no es mi especialidad. Sobre la existencia de nombramientos de familiares en la Justicia, donde el problema no es designarlos, sino en que no tengan la capacidad requerida para el cargo, o que lleguen a él, por ese simple hecho de ser familia; pregunta sobre lo mismo que se pregunta tanto ciudadano de bien, cuando empezarán las investigaciones sobre lo que llama la guerrilleropolítica, porque confiesa que el paramilitarismo no ha acabado, se ha diversificado diría yo; confiesa además, que el derecho requiere política, “deben erradicarse la politiquería, los homenajes, los regalos y los viajes”; tan de moda con la publicaciones recientes escandalosas además por el abuso, ese es el costo de creerse políticos antes que juristas, y con sobrado conocimiento de causa, dice sobre la detención de ciudadanos, concluyendo en que una persona “solo debe ser detenida, salvo contadas excepciones, cuando sea condenada, nunca antes”. Traigo a colación estas reflexiones, por tratarse de temas que ocuparán la atención de todos los colombianos en este año, ante la eventualidad de una verdadera reforma judicial, ojalá sea para corregir, aunque sea demasiado tarde, los entuertos heredados de la famosa carta del 91, caracterizada por facilitar el deterioro del Estado, pero por sobretodo, como dice Cancino, “para erradicarse la politiquería, los homenajes, los regalos y los viajes”.