Por: María Consuelo Plazas Serrato
Se queda una sin palabras al verificar que el 2021 ha estado enmarcado por la exacerbada violencia contra las mujeres y las niñas. Resulta impensable que en lo que va corrido del presente del año se hayan registrado no menos de 16 casos en nuestro país, violencia ejercida por parejas actuales, exparejas, familiares y lo más grave aún es que en algunos casos, ni siquiera se ha logrado identificar al autor del crimen.
Y cómo omitir los devastadores y persistentes eventos del año anterior. De acuerdo con cifras del Observatorio Feminicidios Colombia, a diciembre de 2020 se presentaron 227 casos consumados. Cabe destacar que el departamento del Huila ocupó el tercer lugar en la lista con mayor número de tentativas de este atroz delito, que alcanzaron el número de 137 a nivel nacional, en los que algunas incluyeron conductas tales como violencia sexual, tortura y desaparición.
Ante esta alarmante realidad, cabría preguntarse ¿Qué acciones eficaces se requieren entonces para contrarrestar tan doloroso panorama y garantizar la vida e integridad de las víctimas?
Si bien el Gobierno Nacional ha venido implementado medidas tendientes a mitigar la situación, entre las que se resaltan la creación de una sala de control y monitoreo exclusiva para combatir crímenes de violencias en contra de las mujeres a cargo de la Policía Nacional, así como la plataforma tecnológica con inteligencia artificial para prevención, atención y seguimiento a casos de violencias en contra de mujeres y una línea de atención centralizada para víctimas, por citar algunas, el escenario parece recrudecerse, con un agravante más, relacionado con las perceptibles falencias para diferenciar los feminicidios de los homicidios, aunado a que no se cuenta con estadísticas fehacientes respecto de la violencia de género.
A la luz de esta problemática y más allá de impulsar nuevas acciones, desde la corresponsabilidad que nos asiste a partir de las atribuciones específicas como miembros de una sociedad, si queremos combatir tan grave flagelo, debemos comenzar por fomentar un cambio de mentalidad dirigido a modificar actitudes y comportamientos, pues como claramente lo expresara Gloria Yamile Roncancio, directora de la Fundación Feminicidios Colombia a un medio de comunicación: “Para que no se presenten los feminicidios solo se puede hacer una cosa: que los hombres cambien la forma en la que ven a las mujeres y en las que actúan. No podemos poner en las mujeres la responsabilidad de prevenir los feminicidios, denunciar e “identificar las señales”; hay que hacer un cuestionamiento a los hombres y a la sociedad en cuanto a los roles que le imponen a las mujeres”.