Albeiro Castro Yépez
En el Huila el tema de la artesanía se remonta a la época prehispánica, de ella, da cuenta el Profesor Emérito Héctor Llanos Vargas en su obra titulada “Arqueología de San Agustín, pautas del asentamiento en el cañón del río Granates en Saladoblanco”, obra nutrida con los hallazgos en el polígono territorial denominado “Poblado Yalcón”, ubicado en la finca conocida como “Begonia”, sitio donde encontró además de tumbas con osamentas de humanos, vestigios de hollín, arcilla, y obsidiana entre otros, y por supuesto algunas vasijas. De estas últimas, narra como algunas presentaban finos acabados tipo engobe, tal vez para el uso en el servicio de alimentos, esto es, como platos, y otras como vasijas para la preparación de alimentos, unas de mayor volumen utilizadas como urnas funerarias; pero también, se encontraron piezas elaboradas en piedra de las que se cree se utilizaron en los procesos agrícolas del Poblado Yalcón de Morelia. En suma, los pares del Profesor Llanos, entre ellos, Duque Gómez manifestaron que la obra cerámica estudiada en el valle del río Granates guarda similitud con la hallada en San Agustín, Isnos y la expuesta en el Museo de Popayán.
En la época contemporánea igualmente se encuentran escultores o talladores de piedra que elaboran réplicas de las expresiones líticas de la cultura agustiniana, algunas enfocadas en la representación de los cuatro elementos de la naturaleza, otras en las deidades, oficios, y el relacionamiento social de los jaguares chamanes. De esta misma región, pero en especial en el entorno del sitio conocido como el Estrecho del Río Magdalena se conserva la tradición de los tejidos en calceta de plátano, sin desconocer que igualmente se tejen hilos y lanas.
El territorio del Macizo Colombiano es prolífico en producción artesanal, prueba de ello, es la emblemática “Chiva de Pitalito”, inspiración de la Maestra Cecilia Vargas Muñoz, obra protegida por la Superintendencia de Industria y comercio con Denominación de Origen, motivando a sus paisanos a elaborar piezas en arcillas finamente decoradas, obras que registran demanda tanto en el mercado regional como nacional. Continuando al oriente, los acevedunos y suaceños han posicionado en el mercado nacional y también en el internacional los famosos “sombreros suaceños”, obra que al igual que la Chiva de Pitalito esta protegida con la Denominación de Origen, advirtiendo que, el cultivo de la palma de iraca en gran extensión se da en territorio del municipio de Acevedo, pero es, en el municipio de Suaza donde se produce la elaboración de la afamada pieza artesanal.
Similar situación ocurre con el Sombrero de Pindo, pues gran parte del cultivo se realiza en el corregimiento de San Luis en jurisdicción del municipio de Neiva, pero la elaboración y aliste final sucede en el municipio de Palermo, lugar donde están ubicados los talleres de los artesanos y es el sitio donde acuden turistas y comercializadores a comprar tan apreciada prenda, de gran utilidad en la interpretación del baile del Sanjuanero Huilense, pero además si se visita Palermo se tiene que beber una buena pócima de Sevillana.
La Jagua, tierra de brujas, es un lugar que embruja por la belleza de su producción artesanal, especialmente por equilibrar en el ámbito del municipio de Garzón el fervor católico con las creencias esotéricas, a fe que lo han conseguido, y los jagueños ya captan un importante volumen de turistas que combinan la visita al circuito religioso, con el disfrute del embalse El Quimbo, y la compra de suvenir con diversas figuras de brujitas, tejidos en fique y otras fibras.
En el caso de los villevos su creatividad la han enfocado en el moldeado de la corteza del totumo, elaborando vasijas utilitarias, piezas decorativas, e incluso muebles para uso doméstico, conjuntó de elementos con los cuales han logrado formar el reconocido “Museo del Totumo de Villavieja”, sus vecinos de Aipe no se quedan atrás, ellos heredaron de la Hacienda Ganadera la vocación por la marroquinería, siendo su mejor expresión la construcción de aperos para equinos de gran utilidad en el faenado de ganado y las cabalgatas en ferias y fiestas.
Por su parte los artesanos neivanos se han enfocado en el manejo de la madera, la forja y la construcción de instrumentos musicales, sin desconocer que los artesanos de los municipios vecinos traen al Malecón del Río Magdalena en Neiva sus productos para comercializarlos con los turistas que cotidianamente llegan a la ciudad.
Especial invitación a visitar la Feria Artesanal que se presenta en el Recinto La Vorágine y la Feria de los Productos Típicos del Huila en la plazoleta del Centro de Convenciones José Eustasio Rivera.