La Nación
EDITORIAL

A salvar el Macizo

Después de 22 años de la primera travesía, partió ayer desde Neiva la segunda expedición al Macizo Colombiano, uno de los más importantes ecosistemas del planeta. Una noble misión para conocer las graves amenazas de este patrimonio ecológico de la humanidad. Pero también las grandes fortalezas, la belleza excepcional de sus entornos y la exuberante biodiversidad y la importancia estratégica.

No en vano la Unesco lo declaró como ‘Reserva de la Biósfera’. El macizo es  una de las regiones que alberga las mayores reservas hídricas del planeta.

En este paraíso, subsisten 362 cuerpos lagunares en la Alta Montaña, 13 páramos y ecosistemas ricos en flora y fauna. Igualmente sobresalen los páramos de Cutanga, El Letero, las Papas, el Apio, el Buey, Hermosas y los Volcanes nevados de Sotará, Huila y Puracé.

En este extenso territorio, conviven con la riqueza natural, comunidades étnicas ancestrales, otro patrimonio cultural de la nación, que sobreviven en un mundo globalizado, al lado de campesinos, afrodescendientes y comunidades mestizas.

El macizo colombiano, corazón hídrico del país,  está seriamente amenazado.  El aumento acelerado de deforestación, el avance de la colonización, la ampliación de la frontera agrícola, el uso de químicos para la agricultura, la erosión de las tierras, y la sedimentación fluvial, están poniendo en peligro la riqueza natural.

La expansión de la colonización, las malas prácticas agrícolas y la extensión de la ganadería está acabando con grandes potenciales hídricos del país.

Pero no sólo eso. La presencia de grupos armados ilegales, la persistencia de guerrilla, paramilitares, bandas emergentes y narcotraficantes están acabando igualmente con este enorme potencial.
La ampliación de los cultivos de coca y amapola, el uso de grandes cantidades de químicos están causando enormes daños.
Si bien la primera expedición realizada en 1993 marcó una ruta y mostró un panorama, ahora, 22 años después, no solo sigue latente su problemática sino que se ha recrudecido. Allí radica la importancia de esta misión que despegó en medio de limitaciones técnicas y financieras. Sin dudas, será un gran aporte para conocer ese cuadro.
El macizo colombiano  y la región Andina representan un patrimonio único que hay que salvar. En un escenario de posconflicto, será una de las grandes apuestas, una de las grandes fortalezas de desarrollo alternativo y sostenibilidad. En su preservación está el futuro del país.
  
“El macizo colombiano  y la región Andina representan un patrimonio único que hay que salvar”.
 
Un percance, al parecer por alimentos, ocasionó una mortandad de peces en una de las empresas piscícolas asentadas en Betania. No es para alarmarse. El tema fue puntual y localizado. El material fue retirado técnica, conforme a los protocolos de bioseguridad.