La Nación
COLUMNISTAS

Agua, tierra y vida

En medio del profundo cambio climático que ha venido afectando extensas regiones de la geografía nacional y varios otros lugares del mundo, una luz esperanzadora ha arrojado la carta de Bogotá titulada: “En defensa del Agua, la Tierra y la Vida”, en el marco del Encuentro por la Justicia Climática realizado en la semana del 20 de septiembre de 2015. El Encuentro permitió la realización de 50 eventos especializados y contó con la participación de reconocidos expertos, como Jeffrey Sachs, economista de la Universidad de Harvard, líder en desarrollo sostenible; Brigitte Baptiste, directora del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, y Bernard Cassen, quien fuera impulsor del Foro Social Mundial y Director del rotativo francés “Le Monde Diplomatique”.

La Carta inicia invocando la confluencia de actores locales en una fuerza global que ha de exigir y construir el derecho a un futuro posible en la Tierra como tarea impostergable, abordando en extenso los siguientes temas: 1. El derecho al agua para el consumo humano, esencial para garantizar la vida y la sostenibilidad de los territorios. 2. El gobierno, basado en la soberanía de los pueblos y en tratados internacionales, de ecosistemas globales, estratégicos y frágiles, así como de la biomasa, claves para mantener la vida en el planeta. 3. La creación de un Fondo Multinacional Público que permita realizar inversiones a favor del medio ambiente, nutrido por gravámenes a la producción, uso y consumo de combustibles fósiles, así como a las emisiones de CO2. 4. La transición de países dependientes de la exportación de commodities como petróleo, minerales y carbón, con el apoyo financiero internacional a partir de la condonación de la deuda externa, del reconocimiento de la deuda ecológica o del pago de servicios ambientales, persiguiendo así el bienestar global. 5. La inclusión de los más segregados y vulnerables, mediante la garantía de sus derechos universales de tierra, techo y trabajo de calidad y la promoción de modelos económicos sustentables, justos y solidarios. 6. La acogida de la medición Felicidad Interna Bruta (FIB) aplicada por el Estado de Bhután, a la calidad de vida y el desarrollo  cimentados en la promoción de un sistema socioeconómico sostenible e igualitario, la preservación y promoción de los valores culturales, la conservación del medio ambiente y el buen gobierno, y 7. La participación activa de los niños, adolescentes y jóvenes a través de los sistemas educativos, para consolidar una revolución cultural y de valores necesaria para la emergencia de un nuevo sistema social y económico que trascienda la actual crisis socio-ecológica. ¡Se trata, ni más ni menos, que de preservar la casa que todos habitamos!