Javier Cabrera
Es increíble, que, en plena pandemia, ante una situación única en nuestra historia la insolidaridad aún sea protagonista. No se entiende como, algunas empresas, ante la situación económica que el CORONAVIRUS a generado, actúan de manera radical afectando a quienes se quedaron sin ingreso, y al sector productivo.
Alcanos de Colombia, hoy en día esta suspendiendo el servicio a familias y empresas que por cuenta de esta pandemia no han podido contar con los recursos para pagar el servicio de gas que ellos suministran. Es decir, como sino fuera suficiente la preocupación general de quienes no tienen como comer, ahora corren el riesgo de tener que inventarse como hacerlo, al no poder cumplir con las exigencias de esta empresa, y por ende quedarse sin el servicio de gas.
Soy consiente que Alcanos depende del cobro del servicio para garantizar su operación y sus utilidades, pero también deben serlo ellos, al momento de establecer procedimientos que permitan el pago, en medio de esta crisis sin afectar al usuario. Envían cartas exigiendo formas de pago, amenazando con suspender el servicio y suspendiéndolo a quien no acepte lo propuesto.
Independientemente del estrato en que se encuentre el usuario, deben comprender que esta pandemia no discrimina y afecta a ricos y a pobres, a todos por igual. ¿Cuantas empresas exitosas, cuyos dueños hoy viven en lugares lujosos han tenido que cerrar sus puertas, y hoy, viviendo en los mismos sitios, no cuentan con recursos y no ven claro su futuro económico? En eso debería pensar esta empresa, antes de andar amenazando y suspendiendo un servicio básico para las familias. Que propongan acuerdos, no exigencias
Ahora, si este servicio es básico para una familia, como no serlo para un restaurante. A este sector de nuestra economía, generador de empleo y recursos, apaleado por la crisis, que se ha mantenido cerrado durante mas de 4 meses, le esta ocurriendo igual. Alcanos propone el pago de una cuota equivalente al 70% de lo adeudado (calculen esa cuota para un restaurante que gracias a la pandemia está en crisis), difieren el valor restante, y si no se paga lo exigido suspenden el servicio, pero además lo reconectan 24 horas después del pago, es decir ‘tras de cotudos, con alcanos’.
Absurdo, debieran aprender de las otras empresas de servicios públicos, que no han suspendido servicio a nadie y plantean acuerdos, es decir, se pusieron el corazón al lado de la gente. En cambio, ALCANOS parece tenerlo en el bolsillo de sus accionistas.