La Nación
COLUMNISTAS

¡Bendita promiscuidad!

¡Oh gloriosa promiscuidad de la política huilense! Ardiente ejercicio de encamarse con el mejor postor. Retrato local del amasijo nacional. Horrendo esqueleto de la política internacional.

Un capo liberal se aparea con otro conservador y engendran un candidato bastardo a la gobernación. Los hijos legítimos del tradicional liberalismo le recriminan iracundos al capo liberal por haberlos convertido en hijos putativos de la colectividad. Como toda madre encamada, el capo liberal exige al conservador que le reconozca su hijo legítimo para la alcaldía en vez de la gobernación. Y el capo conservador, separado de su antigua amada, el partido conservador, le promete fidelidad de promiscuo. Y el candidato a la gobernación, ya confundido, no distingue a ciencia cierta quién es su padre. Bien pudiera ser el astuto capo liberal, o el mañoso capo conservador, o el obsoleto partido liberal. Ya ni siquiera sabe si es liberal o conservador. Y entre tanta barahúnda de prohibidas camas, nadie tiene la madre asegurada.

Gritan los hijos putativos contra el capo liberal como si no entendieran que una elección es una contienda comercial. Nada queda de las oprobiosas ideologías que tantas masacres supieron ocasionar. Falsas banderas de comerciantes liberales en la vieja Europa para poner a los absurdos del mundo por ellos a pelear. Invento caducado cuando liberales y conservadores se aparearon en la misma cama para engendrar una sola economía de mercado global. Ellos fueron los primeros promiscuos de la modernidad.

Oh gloriosa promiscuidad criolla. Por ti descubrimos que la política es un esqueleto forrado con discursos pomposos. Un verdadero mercado de rufianes peligrosos. A sus mesas confluyen podridos funcionarios con dineros del erario. También los grupos ilegales ligados al crimen organizado. Y los narcotraficantes que, ataviados de grandes fortunas, compran candidatos en subiendas electorales. Contratistas corruptos que de tantas corbatas se convierten en la verdadera gente de bien (con muchos bienes). Y confluye también la tradicional gente de bien que de tantas leyes a su favor se han convertido en la clase corrupta legal. Escandaloso mercado donde todos ganan según nivel de picardía. Gana el bandido con arma en mano y hasta el pobre diablo gana con su voto en la mano. Sólo pierden los seres humanos.

¡Suculenta promiscuidad política! Tú eres cima en el capitalismo, verdad real entre tanta mentiras. Por ti descubrimos que siempre fuimos los embaucados por las ideologías, y el horrendo mercado negro llamado democracia, y el engranaje criminal que defienden los sonrientes políticos de cartel. ¡Bendita promiscuidad política, sólo tú eres el camino a la verdad!
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