La Nación
COLUMNISTAS

Bienvenidas las rechiflas a santos

Si la estrategia de los Uribistas y los enemigos de la paz, para atacar el proceso, es las rechiflas al Presidente Santos, las considero bienvenidas pues prefiero unas rechiflas a que sigan argumentando que el paramilitarismo en Colombia, es una salida ideal, que dio buenos resultados y que la seguridad democrática es la panacea para lograr la paz.
 
Prefiero las rechiflas a seguir viendo como las madres de los campesinos, indígenas y clases menos favorecidas entierra de lado y lado a sus muertos, (guerrilleros y soldados) porque aquí se relativizo la vida, una vida vale más que la otra dependiendo de la orilla en la que nos encontremos, desafortunada es la muerte de cualquier ser humano, de los niños, mujeres y ancianos en los hospitales, de las víctimas de las minas quiebra patas, de los soldados, policías y  de los guerrilleros, todos ellos en su mayoría hijos del pueblo y muchos claro está, producto de las falta de oportunidades y de una agenda impuesta por los señores de la Guerra que les encantan manipular a la población con la anuencia de algunos medios comunicación para creer que la única salida a esta fratricida guerra en la eliminación del otro.
 
Es doloroso que gastemos tanto en la guerra en nuestro país más de 30 billones de pesos, mientras se considera que una actividad tan digna como la docencia no merece ser mejor remunerada y tratada con respeto, como si esa no fuera precisamente la fórmula para alcanzar la paz, ya lo decía nuestro premio nobel Gabriel García Márquez en la misión ciencia educación, hay que tener en Colombia “Una educación de la cuna hasta la tumba”. 
 
Una educación que nos convenza de que no es cierto que la guerra es la única salida, que no es posible tener un país en paz si no se utilizan las armas, cuantos ejemplos nos ha dado la historia sobre las revoluciones pacíficas, realizadas en la India por Mahatma Gandhi o por Martin Luther King en los EE.UU, personas valerosas que con la desobediencia civil y con una vocación pacifista lograron darle un nuevo norte al mundo sobre las opciones para conseguir la paz.
 
Me opongo firmemente a cualquiera que quiera defender la guerra como una salida, pero lo respecto y daría mi vida porque expresara sus inconformidades rechiflando, gritando, marchando pero no mintiéndole a la gente y adhiriendo bajo argumentos banales y futiles.
 
Me uno a los que valerosa e inteligentemente están apostando todo a favor de la paz, pues ese es el verdadero camino, es la salida para acabar con la maldición de los Buendía, que como nosotros no hemos vivido un solo año de nuestras vidas es un territorio de paz.
 
La apuesta es difícil, acabar con estos 50 años de odios petrificados en nuestros corazones no es sencillo, sobre todo cuando nos sigue abriendo las heridas con finalidades politiqueras que nada aporta a la consolidación de la paz.
 
Hay que estar alerta, hay que aportar desde cada uno de nuestros roles a respaldar el proceso y a exigir claro está el respeto a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario, para que cese la guerra y germine el bien que tanto repetimos en nuestro himno nacional.
 
Orgullosamente Docente USCO, Fac. Ciencias Jurídicas y Políticas.