En cualquier esquina de las calles algecireñas es posible encontrar animales abandonados. Así lo denuncian los propietarios de una de las veterinarias donde han logrado captar el fenómeno en cámaras de seguridad.
CATERIN MANCHOLA
Durante los 20 años que tiene la veterinaria El Country se ha apreciado cómo los dueños de perros y gatos abandonan sin piedad a sus mascotas, pero desde hace año y medio este fenómeno se ha vuelto el pan de cada día y se ha tornado insostenible.
Decenas de gatos y perros de todas las edades que alguna vez tuvieron dueños, son arrojados a las calles de Algeciras a vivir bajo el sol, agua y hambre. Varios tienen enfermedades y otros son apenas unos recién nacidos que intentan sobrevivir en el contexto que les tocó.
Danna Perdomo es hija de Abadías y juntos trabajan en la veterinaria El Country. El adulto es veterinario y la joven le ayuda y acompaña en el local, que se ha vuelto uno de los focos preferidos de quienes optan por desechar sus mascotas.
Al llegar en la mañana a abrir la veterinaria ya no es sorpresa encontrar algún gato enfermo o perro anciano. Y en medio de este panorama, son las hembras las que peor suerte llevan.
Gracias a las cámaras de seguridad se ha logrado captar el momento en el que los sujetos botan al que en otrora era parte de su familia.
El problema de fondo es que hay una sobrepoblación de este tipo de animales y ello a causa de la irresponsabilidad de las personas, sostuvo Danna Perdomo.
La esterilización de este tipo de animales varía según la edad, peso y tamaño, para el caso de las felinas puede costar $60.000 y caninas $80.000.
“La única opción que tenemos es recogerlos, curarlos cuando están enfermos, esterilizar si es necesario y esperar a que alguien los adopte. La única opción que tenemos es regalarlos”.
“Algunas veces llegan en muy mal estado y no podemos salvarlos. Están muy flacos o, por otro lado, son recién nacidos que ni siquiera han abierto los ojos y no tienen dientes”, agregó la joven.
Junto con su padre, los cuidan en la veterinaria hasta que alguien los adopta, pero la labor implica recursos adicionales de los que no se dispone. El local es fuente de sustento de Abadías y de su familia.
A hoy, cuentan con cuatro perras y dos gatos. “La Alcaldía no se pronuncia al respecto y, si bien es en las veterinarias es donde más los dejan, también lo hacen sobre las carreteras de las veredas, en cualquier calle, y la Alcaldía no hace nada. Nunca proponen jornadas de esterilización, nada”.
Los animalistas piden que las personas cumplan con su deber de esterilizar las mascotas y de esta manera hacerle frente a la sobrepoblación. “Que sean responsables, regalen los animales y no los boten como a la suerte de ellos”.
Los videos de las cámaras de seguridad se han divulgado por redes sociales y se está a la espera de que los sujetos puedan ser identificados para iniciar un proceso judicial.
Sanciones poco aplicadas
La ley 1774 del 2016 establece que los actos dañinos y de crueldad contra los animales que no causen la muerte o lesiones que afecten de manera grave su salud o integridad física serán sancionados con multas de 5 a 50 salarios mínimos legales mensuales vigentes.
En caso de que se cometan delitos contra la vida e integridad física y emocional de los animales, sean de compañía, silvestres, vertebrados o exóticos, entre otros, y que se les cause la muerte o lesiones de salud graves, la pena será de prisión entre 12 a 36 meses e inhabilidad especial de 1 a 3 años para poder ejercer la profesión, oficio, comercio o tenencia que tenga relación con los animales y multas de 5 a 60 SMMLV.
Las penas de prisión aumentarían a la mitad a tres cuartas partes si se cometen conductas:
- Con sevicia.
- Cuando una o varias de las conductas de maltrato se lleven a cabo en la vía o en sitios públicos.
- Si para maltratar se valen de menores de edad o si el hecho se realiza en presencia de ellos.
- Cuando se cometan actos sexuales con los animales.
- Cuando el delito de maltrato animal lo cometiera un servidor público o quien ejerza funciones públicas.
- Eventualmente se puede incluir el decomiso del animal y los gastos que estos generen con el fin de garantizar su protección.