La Nación
COLUMNISTAS

Clima y supervivencia

El desorden climático que experimentamos, mayoritariamente obedece a las acciones del ser humano, sobre el planeta. . Las causas del problema climático, básicamente están identificadas. Las consecuencias son previsibles, aunque parece que se prefiere ignorarlas.

Investigaciones señalan que la década 2000-2009 fue la más caliente de los últimos 160 años. Que las últimas cuatro décadas registraron ascensos continuos. Los efectos y consecuencias del cambio climático son innegables e insoslayables, comprobables en todo el planeta.

Investigadores han planteado acciones y sugerido decisiones para mitigar la intensidad y revertir la tendencia progresiva.

Los países industrializados y emergentes, son los mayores generadores de gases de efecto invernadero y por lo tanto, los mayores responsables del calentamiento global. Pero por maximizar ganancias, se niegan a comprometerse con los programas aprobados, en las diversas cumbres climáticas, para detener y revertir el fenómeno.

La presencia o ausencia irregular y prolongada lluvias o su desenfrenada intensidad, obedece a la alteración y desorden de la temperatura global.

La producción y consumo de hidrocarburos y carbón mineral, como fuentes de energía, son incontrolables, por generar altísimos rendimientos económicos y ser monopólico de trasnacionales cuyas matrices tienen origen en naciones desarrolladas o de alto peso económico y político.

¿Cuántos millones de toneladas de CO2 y CO produce el consumo (quema) diario de más de 89 millones de barriles de petróleo?

El 72% de la energía consumida en el planeta, proviene del consumo de petróleo, carbón y gas, hídrica 21%, nuclear 4%, otros 3%.

El calentamiento climático y la deforestación, son responsables de la desecación de suelos, manantiales, acuíferos y fuentes superficiales de agua.

Esta realidad climática, constituye amenaza para la seguridad alimentaria mundial, pero especialmente para las naciones de menor desarrollo.

Se sabe que el bosque actúa como esponja que succiona CO2 y CO. Pero los bosques naturales, son arrasados en los países en desarrollo, por empresas trasnacionales. La legislación vigente al respecto, por los resultados, es inocua. Los gobiernos no la aplican para no afectar intereses de los destructores de bosques, no obstante el marco legal que supuestamente regula y protege el medio ambiente.

A pesar de la complejidad del problema, es controlable y reversible. Es obligación de los gobernantes, empresarios y dirigentes de las naciones tomar decisiones al respecto.

El artículo 111 de la Ley 99/93 ordena a municipios y departamentos invertir mínimo el 1% de sus ingresos directos para protección de fuentes que abastecen acueductos. No lo cumplen. Debe extenderse el mandato al presupuesto de la nación y a las multinacionales mineras, sobre la producción bruta.

Con voluntad política y el mandamiento legal, Colombia podría reforestar un millón de hectáreas/año, generar 500.000 empleos, reducir en 2% el desempleo, potenciar la industria maderera y aportar a la reversión de la amenaza climática y a la conservación del ambiente.