La Nación
Si hubiésemos escuchado a Lara 1 20 mayo, 2024
COLUMNISTAS

Si hubiésemos escuchado a Lara

Hoy, con ocasión del cuadragésimo aniversario del magnicidio del exministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, resulta importante examinar cuántas generaciones no se hubieran perdido si el Estado colombiano hubiese atendido a tiempo su denuncia y lucha frontal contra el tráfico de drogas.

Cuatro décadas después, los tentáculos de este flagelo han mutado y se han fortalecido, encontrando en las redes urbanas de microtráfico uno de sus principales esquemas de financiación. Estas últimas, operadas por bandas multicrimen, muchas veces apoyadas por un silencio cómplice desde diferentes estamentos de la sociedad, incluso administrativos.

Son nuestros niños y jóvenes quienes más están expuestos al actuar delictivo de estas organizaciones, especialmente en instituciones educativas, establecimientos nocturnos y espacios públicos en general.

En los últimos años, tanto ha crecido el microtráfico en Neiva, que tristemente se ha vuelto paisaje escuchar cómo estas bandas multicrimen se apoderan ilegalmente del espacio público, controlan el ‘gota gota’, la prostitución y, por si fuera poco, se han sabido camuflar en sectores -formales e informales- como el transporte y el comercio, desde donde realizan gran porcentaje de sus operaciones.

Mucho cuidado tiene que prestarle la institucionalidad a la vendetta de la que venimos siendo testigos en nuestra ciudad en las últimas semanas. Los asesinatos a diario, entre jóvenes de nuestras diferentes comunas, hablan de una reacomodación de fuerzas del crimen por el control de los corredores de microtráfico en la ciudad.

En mis constantes recorridos por los barrios de Neiva he sentido dolor y también impotencia -al ver la tragedia- que hoy viven miles de familias, especialmente madres humildes que ven cómo una ciudad sin un futuro claro, se devora a sus hijos y con ellos, también las ilusiones de verlos desarrollar un digno proyecto de vida.

También preocupa el cansancio observado en la dirigencia comunal y barrial; sus desoladores testimonios reflejan el temor con el que conviven, cada vez se sienten más solos. Las épocas en que la ciudad contaba con espacios públicos sanos y dignos para la gente, hoy no existen.

Por ello y sin dejar pasar esta fecha tan importante para los huilenses, sea el momento señor Alcalde para reconocer la expedición del Decreto 204 de 2024, con el cual se reglamentó en nuestra ciudad, la Ley 2000 de 2019, cuya autoría corresponde al exsenador Rodrigo Lara Restrepo.

Dicho instrumento jurídico, pero también de convivencia y autoridad, muy útil le será -eso espero- al Gobierno Municipal para su lucha contra el consumo, porte y distribución de sustancias psicoactivas en la ciudad.

Será esta una digna forma de rendir homenaje a los miles de jóvenes neivanos que cayeron en desgracia y también, a la memoria de uno de los hijos más ilustres de nuestra ciudad y departamento, Rodrigo Lara Bonilla.